El presidente boliviano enfrenta un problema político nacional por su poco clara posición frente al fenómeno de la producción de cocaína y el cultivo de hoja de coca, que ha llevado a uno de los principales líderes de la región Santa Cruz, bastión de la oposición, a pedirle que renuncie a la jefatura de los sindicatos de productores de coca del Chapare.
El presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Núñez, desafió a Morales a comprobar así “que de verdad quiere luchar contra el narcotráfico”, en momentos en que, “según el primer mandatario, este flagelo se ha infiltrado en el Gobierno boliviano”, dice un comunicado del dirigente cruceño.
Morales reconoció el lunes que antes él “no creía que era tan grande el narcotráfico ni pensaba que tenía tal poder económico”, pero que ahora sabe que los traficantes de drogas “se infiltran a la estructura del Estado, no sólo en Bolivia, también en el resto del mundo”.
La semilla del narcotráfico
La hoja de coca producida en el Chapare, región del departamento central de Cochabamba, de la que sólo una parte se dedica a usos tradicionales de los indígenas, “es la semilla del narcotráfico”, según Núñez.
Morales ha mantenido la presidencia activa de las seis federaciones de cocaleros de esa zona, en la que inició su carrera política, pese a ser jefe de Estado desde 2006.
La coca es la base para elaborar cocaína, que se exporta sobre todo a Europa y países vecinos, como Brasil, donde recientemente el candidato presidencial opositor José Serra comentó que dado el volumen de droga que llega desde Bolivia, sólo puede concluir que Morales es “cómplice” del narcotráfico.
Núñez consideró como “muy bueno” que Morales “haya admitido que el narcotráfico se ha infiltrado en su gobierno”, pero le pidió que además “admita que la coca del Chapare va al narcotráfico y que, para combatir esta lacra, es urgente retomar la erradicación de los cultivos (…) y que no esté echando la culpa a otros países”.
De acuerdo con datos oficiales, en los últimos años el gobierno de Morales ha erradicado entre 5.000 a 6.000 hectáreas de cocales, pero a principios de la década era casi el doble.
El Comité pro Santa Cruz comenzará a recoger el lunes un millón de firmas para solicitar que Bolivia suscriba un acuerdo con la ONU para crear una Comisión Internacional que ayude a combatir “las redes de corrupción e impunidad existentes en Bolivia”, relacionadas con el tráfico de drogas.
Según Núñez, esas redes “impiden una correcta administración de la justicia, causando inseguridad ciudadana, incremento del narcotráfico y persecución penal con fines políticos”.
