El Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) inició un proceso de restauración ambiental en la comunidad nativa El Pilar, en Madre de Dios, como parte del proyecto Demanda Adicional 2025. La iniciativa busca recuperar zonas degradadas por la minería de oro, mejorar la seguridad alimentaria y fortalecer la economía local.
Capacitación y monitoreo ambiental
Recientemente, el IIAP realizó una jornada de capacitación en la comunidad El Pilar, situada a 15 kilómetros de Puerto Maldonado. Durante esta actividad, los miembros de la comunidad aprendieron a usar mapas para identificar y dar seguimiento a las zonas impactadas por la minería de oro. Además, se formó un grupo de veedores comunitarios, quienes tendrán la responsabilidad de supervisar el progreso de la restauración ambiental en el territorio.
Esta iniciativa se enmarca en un esfuerzo sostenido para capacitar a los habitantes locales en la gestión de su entorno. «Nuestro equipo de técnicos e investigadores ha identificado a un grupo de personas que desempeñarán un rol clave en la vigilancia ambiental», indicó el IIAP. En los próximos meses, se planificarán más capacitaciones para reforzar el monitoreo técnico y la gestión de las áreas degradadas.

Reforestación y restauración de ecosistemas
La minería aurífera ha causado la degradación de aproximadamente 24 000 hectáreas de bosque en Madre de Dios en los últimos años. En respuesta, el proyecto incluye la reforestación de 250 hectáreas, de las cuales 30 están ubicadas dentro del territorio de El Pilar. Para priorizar las áreas de intervención, se realizaron sobrevuelos con drones, lo que permitió identificar de manera precisa las zonas más críticas.
El IIAP ha destacado que la restauración de los ecosistemas no solo tiene beneficios ambientales, sino que también busca fortalecer la seguridad alimentaria de las comunidades afectadas.
Diversificación de fuentes de ingreso
El proyecto también aborda la necesidad de diversificar las fuentes de ingreso de la comunidad El Pilar, cuyo principal sustento proviene de la agricultura de subsistencia. Entre las estrategias para mejorar la seguridad alimentaria, se incluye la producción de abonos orgánicos a partir de estiércol de gallina y residuos agrícolas, así como la implementación de invernaderos para el cultivo de hortalizas.
Además, el IIAP ha promovido la crianza de peces en jaulas flotantes, una técnica innovadora que se está evaluando para determinar su viabilidad en áreas afectadas por metales pesados. Esta alternativa económica busca proporcionar una fuente sostenible de proteína y mejorar las condiciones de vida de la población local.