Especialistas del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem) están usando tecnología moderna para vigilar de cerca los glaciares y lagunas de origen glaciar en Perú. Estas herramientas permiten conocer con más precisión el estado de estos ecosistemas, lo cual es clave para prevenir desastres y enfrentar mejor los efectos del cambio climático.
Beatriz Fuentealba, presidenta ejecutiva del Inaigem, explicó que estas nuevas tecnologías permiten un seguimiento más detallado y constante. “Con esta información, las entidades competentes podrán tomar decisiones informadas para proteger las áreas vulnerables y mitigar los riesgos asociados a eventos climáticos extremos”, señaló.
Tecnología de monitoreo avanzada
El Inaigem ha incorporado diversos equipos tecnológicos para llevar a cabo un monitoreo más efectivo. Entre las principales herramientas se encuentra el uso de drones equipados con cámaras y GPS de alta precisión. Estos drones permiten capturar imágenes de alta resolución de los glaciares, facilitando el análisis de la pérdida de espesor y volumen en zonas de difícil acceso.

Otra tecnología clave es el modelamiento computarizado de aluviones de origen glaciar. Utilizando datos recopilados en el campo, esta técnica permite predecir las áreas que podrían verse afectadas por aluviones, lo que mejora la capacidad de respuesta ante eventos extremos.
Innovación en el monitoreo de lagunas
Además del seguimiento de los glaciares, el Inaigem ha desarrollado un bote robótico para monitorear las lagunas de origen glaciar. Este dispositivo no tripulado está equipado con sensores de alta sensibilidad que miden la profundidad y la temperatura de las lagunas, lo que permite estimar con precisión los volúmenes de agua y evaluar el riesgo de desbordes.
Para complementar estas herramientas, también se ha instalado un sistema de monitoreo en tiempo real. Mediante sensores de nivel de agua y transmisores satelitales, se pueden generar alertas tempranas en caso de desbordamientos, lo que permite una intervención rápida para prevenir daños mayores.
La información generada a través de estas tecnologías no solo ayuda en la prevención de desastres, sino también en la planificación de medidas de adaptación al cambio climático. Los datos obtenidos permiten a las autoridades nacionales y locales tomar decisiones más acertadas sobre la gestión de los recursos hídricos y las áreas vulnerables.