martes 18, febrero 2025

Tecnologías simples mejoran la productividad agropecuaria en 400 000 hogares rurales peruanos

El proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai ha implementado tecnologías agrícolas accesibles, impulsando la producción y los ingresos en comunidades rurales de 23 regiones.

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Un total de 433 085 hogares rurales en 23 departamentos del Perú han experimentado mejoras en su producción agropecuaria gracias al proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai, impulsado por el Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (Foncodes). Con la implementación de tecnologías simples y accesibles, las familias rurales han logrado garantizar su autoconsumo y aumentar sus ingresos a través de la venta de excedentes en mercados locales y regionales.

Manejo de cultivos con abonos orgánicos

Una de las principales tecnologías implementadas en más de 200 000 hogares es el sistema de riego presurizado, compuesto por tuberías, mangueras y microaspersores. Este sistema optimiza el uso del agua, permitiendo hasta tres cosechas anuales de productos como habas, papa, maíz y hortalizas, lo que mejora tanto la seguridad alimentaria como la rentabilidad de los cultivos.

La producción de compost y biol ha permitido a las familias rurales mejorar la calidad de sus suelos y aumentar el rendimiento de sus cultivos. El compost se produce a partir de restos vegetales y animales, mientras que el biol, un fertilizante foliar, se obtiene a partir de la fermentación de materiales orgánicos en biodigestores. Estos abonos orgánicos han tenido un impacto directo en el cultivo de productos clave como papa, maíz, frutales y hortalizas.

El éxito del proyecto también se debe al acompañamiento constante de los yachachiq, líderes locales con conocimientos agropecuarios.  (Foto: Difusión)

Adaptación al clima con fitotoldos y crianza tecnificada

En regiones con condiciones climáticas extremas, los fitotoldos han proporcionado una solución efectiva para el cultivo de hortalizas. Este sistema regula la temperatura, la humedad y la luminosidad, favoreciendo la producción de productos como zanahorias, lechugas y espinacas, incluso en zonas con un clima desfavorable para la agricultura.

El proyecto también ha impulsado la crianza tecnificada de animales menores, como cuyes, gallinas y cerdos. Además de mejorar el acceso a alimentos de alto valor proteico, las familias pueden comercializar los excedentes, lo que contribuye al aumento de los ingresos familiares. Las cocinas mejoradas y el acceso a agua segura también han mejorado la calidad de vida de las comunidades beneficiadas.

Impacto en la vida rural

El éxito del proyecto también se debe al acompañamiento constante de los yachachiq, líderes locales con conocimientos agropecuarios. A través de la metodología «aprender haciendo», estos líderes han capacitado a las familias, asegurando que las tecnologías sean implementadas de manera efectiva y adaptada a las condiciones locales.

Las familias rurales han logrado garantizar su autoconsumo y aumentar sus ingresos a través de la venta de excedentes en mercados locales y regionales.  (Foto: Difusión)

El impacto del proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai ha sido profundo en las comunidades rurales. Al mejorar la capacidad productiva de los hogares, las familias no solo han asegurado su autoconsumo, sino que también han fortalecido su economía local a través de la venta de productos en mercados cercanos. Con tecnologías sencillas y de bajo costo, este programa ha demostrado ser un modelo de desarrollo agrícola accesible y sostenible.

 

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