Durante la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3), realizada en Niza, Francia, especialistas de distintos países analizaron el papel que cumplen las zonas de rompientes de surf en la conservación marina, la identidad cultural local y las economías sostenibles.
El evento “Leveraging Surfing’s Blue Economy for 30×30 Protected Area and OECM goals”, organizado por Save The Waves Coalition, se centró en cómo estos ecosistemas pueden contribuir al cumplimiento de los objetivos globales de conservación, incluyendo la meta 30×30, que busca proteger al menos el 30 % del océano para el año 2030.
Casos internacionales y lecciones aprendidas
La sesión fue moderada por Nik Strong-Cvetich, director ejecutivo de Save The Waves. Como punto de partida, se proyectó el cortometraje The Value of a Wave, sobre la experiencia en California donde se ha incorporado la protección de olas en las políticas públicas ambientales.
Entre los casos presentados destacó el de Perú. Carolina Butrich, gerente del programa Conservamos por Naturaleza de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), explicó cómo la campaña HAZla por tu ola ha logrado incluir legalmente la protección de 47 rompientes a lo largo del litoral peruano.
“Las protecciones de rompientes de surf en Perú ya cumplen con la mayoría de los criterios de OMEC establecidos por el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Están espacialmente delimitadas, gobernadas, gestionadas y ofrecen beneficios sostenidos para la biodiversidad al protegerlas de alteraciones físicas”, señaló Butrich.
Agregó que, para cumplir completamente con los criterios, estas áreas deben establecer medidas que limiten los usos extractivos, como la pesca, dentro de sus límites. Indicó además que la legislación peruana contempla mecanismos para implementar dichas restricciones.

Propuestas para financiamiento e implementación
Durante el evento, representantes de diversas organizaciones compartieron experiencias adicionales. Andrew Hume, del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), subrayó el valor ecológico y económico de los ecosistemas de surf en aguas internacionales. Por su parte, Mara Arroyo, de Save The Waves Coalition, presentó buenas prácticas aplicadas en México y Costa Rica.
Desde Conservación Internacional se abordó el caso de Indonesia, donde se promueven áreas marinas de manejo local. Diego Sancho, gerente de Gobernanza y Resiliencia de Save The Waves, explicó el uso de instrumentos financieros como el seguro paramétrico en alianza con la Ocean Risk and Resilience Action Alliance (ORRAA).
Perú: primer país con un sistema legal para proteger olas
Perú es el primer país en el mundo en contar con un sistema legal específico para proteger sus rompientes de surf. La Ley N.º 27280, promulgada en el año 2000, establece la “preservación de las rompientes apropiadas para la práctica deportiva”. Sin embargo, no fue sino hasta diciembre de 2013 que se aprobó su reglamento (Decreto Supremo N.º 015-2013-DE), el cual permitió la implementación efectiva del Registro Nacional de Rompientes (RENARO).
A partir de entonces, se han protegido legalmente más de 40 rompientes, entre ellas Chicama, la primera en ser registrada en 2016, Huanchaco, Pico Alto, Cerro Azul y La Herradura. La protección impide la construcción de infraestructura que altere las características físicas de las olas, y está orientada a conservar tanto el ecosistema marino como el valor cultural y económico que representan.
El proceso requiere la elaboración de un expediente técnico que incluye estudios batimétricos y del perfil costero, el cual debe presentarse ante la Dirección General de Capitanías y Guardacostas (DICAPI). Para facilitar este proceso, surgió la campaña ciudadana HAZla por tu Ola, que ha financiado numerosos registros a través de donaciones y alianzas.
Integración a la meta 30×30
Los participantes coincidieron en la necesidad de que los ecosistemas asociados al surf sean incluidos en las estrategias de conservación a nivel global. Además de su aporte a la biodiversidad, se resaltó su rol en la economía azul y la resiliencia costera.
El encuentro fue una de las actividades paralelas organizadas en el marco de la UNOC3, que busca fortalecer compromisos y alianzas para la protección de los océanos. Perú, con su marco legal único y modelo de gestión participativa, fue presentado como un caso pionero en esta línea.
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