El pasado 29 de junio se conmemoró el Día del Pescador Peruano, en medio de una situación complicada para quienes viven de la pesca artesanal en la Amazonía. En regiones como Loreto y Ucayali, esta actividad no solo les da alimento e ingresos a miles de familias, también forma parte de su identidad y forma de vida. Pero hoy enfrenta múltiples amenazas que ponen en riesgo su continuidad.
Según el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), más de 2200 familias dependen directamente de esta actividad en ambas regiones. Cada año, la cuenca amazónica produce cerca de 80 000 toneladas de pescado, que no solo alimentan a las comunidades locales, sino que también llegan a mercados de pueblos y ciudades.
Alto consumo y dependencia regional
La importancia de la pesca artesanal también se refleja en el consumo per cápita de pescado. De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), en Loreto el consumo anual es de 43.6 kilos por persona, mientras que en Ucayali alcanza los 34 kilos. Esta demanda, junto con el valor nutricional del pescado, convierte a esta actividad en un eje fundamental para la seguridad alimentaria local.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indican que la pesca artesanal representa aproximadamente el 70 % de la producción pesquera total en la Amazonía peruana, consolidándose como un pilar de la economía regional.
Principales amenazas a la sostenibilidad
La pesca artesanal enfrenta diversas amenazas que comprometen su futuro. Entre las más relevantes están la sobrepesca, la captura indiscriminada de peces juveniles, el uso de artes de pesca destructivos (como mallas finas y barbasco), así como la contaminación provocada por actividades extractivas y los efectos del cambio climático.
A ello se suma la presencia de mercurio en los cuerpos de agua amazónicos. Estudios del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) han evidenciado niveles preocupantes de toxicidad en diversas especies de peces, producto de la actividad minera ilegal. Esta situación representa un riesgo tanto para la biodiversidad acuática como para la salud de las comunidades que consumen estos recursos.

Llamado a la acción desde la sociedad civil
Diversas organizaciones locales e internacionales advierten sobre la necesidad urgente de adoptar medidas que protejan la pesca artesanal. “La pesca artesanal en la Amazonía enfrenta un punto de inflexión. Si no invertimos en fortalecer a las organizaciones pesqueras, mejorar el control de prácticas ilegales y reconocer los conocimientos tradicionales de los pescadores, estamos comprometiendo no solo la biodiversidad acuática, sino también la soberanía alimentaria de toda la región”, señaló Daniel Chamochumbi, oficial de pesquerías amazónicas y biodiversidad de WWF Perú.
En esa línea, actores del sector pesquero local han manifestado preocupación por la reducción de especies y la falta de control sobre actividades que impactan los ecosistemas acuáticos.
“Pescamos lo justo para alimentar a nuestras familias y vender en los mercados. Pero si no cuidamos los ríos, no habrá peces mañana”, declaró Israel Chuquizuta, pescador artesanal con más de cinco décadas de experiencia en Ucayali.
La situación de la pesca artesanal en la Amazonía evidencia la necesidad de políticas públicas integrales que promuevan su sostenibilidad. Proteger esta actividad implica no solo garantizar el sustento de miles de familias, sino también conservar un ecosistema clave y una de las principales fuentes de proteína de la región.


