En un hito para la investigación marina en el país, la ONG Proyecto Cetáceos Perú ha presentado su primer reporte semestral de la Red Ciudadana de Avistamiento de Cetáceos. El informe, que resume los hallazgos entre el 13 de febrero y el 13 de agosto, muestra resultados alentadores que superaron las expectativas, demostrando el potencial de la colaboración ciudadana en la protección de la vida marina.
La bióloga marina Sarai Cortez, copresidenta del proyecto, calificó el logro como «emocionante». En solo seis meses, la red ha registrado 115 avistamientos, sumando a 177 personas que actúan como «ojos en el mar».
Hallazgos sorprendentes que sorprenden a los biólogos marinos
El reporte detalla que las especies más avistadas fueron el delfín común (Delphinus delphis) y el delfín nariz de botella (Tursiops truncatus), especies conocidas por su comportamiento costero y acrobático. Sin embargo, lo que más sorprendió al equipo fue el avistamiento de delfines oscuros en el sur del país, ya que estos suelen ser menos visibles cerca de la costa.
Cortez enfatizó que estos avistamientos recurrentes no necesariamente reflejan un mejor estado de conservación, pero sí confirman la rica biodiversidad que habita en el mar peruano, un hecho que muchas personas desconocen.
La ciencia ciudadana como aliada de la conservación
La copresidenta de Cetáceos Perú destacó el poder de la ciencia ciudadana, un modelo que complementa la investigación tradicional al multiplicar los puntos de observación. «La información que los ciudadanos recolectan nos ayuda a tener muchos ojos en distintos lugares y a detectar amenazas emergentes», afirmó Cortez.
Para garantizar la fiabilidad de los datos, la ONG ha implementado un protocolo sencillo: los participantes deben registrar fotografías, videos, la ubicación y la hora del avistamiento. Un equipo especializado se encarga de revisar y validar la información, asegurando que cada reporte sea útil para la ciencia.
Retos y planes a futuro más azul
A pesar del éxito inicial, el proyecto enfrenta retos importantes. La conectividad con regiones costeras alejadas es uno de ellos, por lo que la ONG planea expandir la red y establecer alianzas con pescadores, guías turísticos, buzos y comunidades. Cortez también señaló la necesidad de mejorar la identificación de especies, para lo cual están trabajando en la creación de guías visuales y en el refuerzo de la capacitación presencial y virtual.
El objetivo a largo plazo es que los datos de la red sirvan para tomar decisiones concretas de conservación, como la definición de zonas de protección o la planificación de rutas de avistamiento responsable. Para ello, la ONG busca el respaldo de entidades públicas y privadas.
«Todos podemos aportar a la conservación. No hay rol pequeño, todos podemos contribuir», finalizó Cortez, invitando al público a unirse a la red.
