En medio del impacto ambiental causado por la minería aurífera en Madre de Dios, una nueva iniciativa apuesta por revertir el daño y generar desarrollo local. El Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) instaló seis jaulas flotantes en pozas mineras abandonadas de la Comunidad Nativa de San Jacinto, con el objetivo de convertir estos espacios degradados en centros productivos para la crianza de peces.
La comunidad, ubicada a 24 kilómetros de Puerto Maldonado y habitada por 126 personas, ha comenzado a diversificar sus actividades económicas. Tradicionalmente dedicada a la agricultura y recolección forestal, San Jacinto ahora incorpora la piscicultura como alternativa sostenible de generación de ingresos.
Un ecosistema que se recupera
El proyecto forma parte de la estrategia “Recuperación del suelo, espejos de agua y la economía local en áreas degradadas por la actividad minera aurífera en Madre de Dios — Demanda Adicional”. En esta etapa, el IIAP entregó 3200 alevines de Paco (Piaractus brachypomus), una especie amazónica muy valorada por su aporte nutricional y su demanda en el mercado local.

Cada módulo cuenta con soporte técnico para asegurar el manejo responsable de los peces, el monitoreo constante de la calidad del agua y la prevención de enfermedades, lo que garantiza una producción acuícola sostenible.
Una oportunidad frente al daño ambiental
“Nuestra Amazonía enfrenta grandes desafíos por la minería ilegal, que deja suelos y cuerpos de agua severamente degradados. Con estos módulos, no solo restauramos el ecosistema, también ofrecemos nuevas oportunidades económicas para la población local”, afirmó Ronald Corvera director regional del IIAP Madre de Dios.
La instalación de jaulas flotantes no solo representa un paso hacia la recuperación ambiental, sino también un esfuerzo por empoderar a las comunidades indígenas mediante el acceso a tecnologías sostenibles y capacitación técnica.
Apuesta por la resiliencia amazónica
Con este tipo de acciones, el IIAP fortalece su compromiso con la restauración de ecosistemas y la promoción de alternativas económicas responsables. La experiencia en San Jacinto se presenta como un modelo replicable en otras zonas afectadas por la minería ilegal en la Amazonía peruana.

La intervención busca demostrar que es posible revertir los daños de actividades extractivas cuando se involucra a las comunidades locales en la gestión de sus recursos y se les brinda herramientas para generar ingresos de forma sostenible.


