Después de más de treinta años de trabajo ininterrumpido en Huánuco, el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) viene trabajando en una sede propia en la provincia de Leoncio Prado. La infraestructura se ubica en la Carretera Fernando Belaunde Terry, a un kilómetro del caserío Saipai, distrito de Pueblo Nuevo, y está equipada con modernos laboratorios y espacios para la investigación.
El director encargado del IIAP Huánuco, Marcelo Cotrina, subrayó la importancia de este logro.
“Venimos trabajando más de 30 años aquí en la región, iniciando con piscicultura y cultivos de cocona y papaya, muchas veces en terrenos prestados por la Universidad Nacional Agraria de la Selva o municipios. Hoy por fin contamos con una sede propia, un sueño de todos los trabajadores que ahora es realidad”, expresó.
Áreas de investigación
La sede alberga cuatro laboratorios y tres módulos especializados. Entre ellos destaca el laboratorio de acuicultura, que desarrolla un paquete tecnológico con la especie “lisa de cuatro bandas” para diversificar la piscicultura local.

En el área de bosques se impulsan investigaciones sobre hongos comestibles, mientras que en frutales nativos ya se han consolidado paquetes tecnológicos en cocona y papaya, y se estudia el potencial de la pituca.
El módulo de mosca soldado negra convierte residuos agroindustriales de café, piña y naranja en proteína de alta calidad, destinada a la producción de harina para alimentos balanceados. También opera un laboratorio de ecología y evolución, que analiza la interacción entre fauna, flora y presencia humana, con énfasis en conservación y prevención de riesgos como accidentes por mordeduras de serpiente.
Trabajo con comunidades locales
El IIAP Huánuco mantiene un vínculo directo con la población. En 2024 benefició a 265 piscicultores de todos los distritos de Leoncio Prado mediante la transferencia de alevinos de Paco, acompañada de asistencia técnica y capacitaciones.
Además, distribuyó plantones de bolaina, capirona y samán para la recuperación de áreas degradadas, promoviendo a la vez valor económico en el mediano plazo. La colaboración con universidades, colegios y autoridades locales permite desarrollar proyectos de educación ambiental y fortalecer políticas públicas.
Retos y proyección
Para Cotrina, la sede representa una oportunidad de relanzar la investigación en la zona andino-amazónica de Huánuco.
«Queremos relanzar al IIAP en Tingo María y abrir nuevas líneas de investigación. Aquí podemos descubrir recursos con alto potencial, como sucedió con el camu camu hace 15 años. Nuestro objetivo es conservar la biodiversidad y, al mismo tiempo, generar alternativas económicas sostenibles para la población”, señaló.

La nueva infraestructura, impulsada bajo la gestión de la presidenta del IIAP, Carmen Rosa García Dávila, se perfila como una plataforma clave para la investigación científica, la conservación ambiental y la innovación productiva en la selva de Huánuco.


