HUÁNUCO. A dos horas a pie desde el distrito de Hermilio Valdizán, en la provincia de Leoncio Prado, se encuentra la Finca Vitaliano Café. En la comunidad campesina 3 de Octubre, conocida como el sector Otorongo, la familia del productor Vitaliano Poma Hidalgo te espera con un desayuno regional, en el que destaca un delicioso café pasado.
Dedicado desde hace 24 años a la siembra y cosecha de café, Vitaliano y su familia se enfocan en producir cafés especiales a una altitud de 1300 y 1400 m.s.n.m. Entre las variedades que cultivan se encuentran el bourbon, el castillo anaranjado y rojo, y el brasileño. «Nosotros trabajamos en familia, mi esposa y mis hijos (…) Trabajamos en equipo», enfatiza Vitaliano.
El productor Vitaliano aprovecha para contarnos su paso por la presidencia de la Federación Regional de la Macro Región de Cafetaleros. También de su viaje a Colombia en el 2016, donde pudo conocer experiencias internacionales con el apoyo del Gobierno Regional. Con más confianza y rapidez, Vitaliano sacó adelante a sus hijos. Ahora están involucrados en el café. Uno de ellos estudió Administración y el otro Industrias Alimentarias, pero conocen muy bien de los procesos de post cosecha, catación y comercialización.
“Ellos ahora se encargan de la comercialización, tenemos una cafetería y una empresa que ha creado mi hijo, yo le vendo mi café a esa empresa, por eso digo que trabajamos en equipo”, confiesa. Vitaliano tiene 67 años y una energía que despierta en cada cosecha. La experiencia y las capacitaciones que recibió “en aquellos tiempos” como dice, conllevaron a que su producción de café sea de alta calidad.
La cosecha
En el tiempo de cosecha el día empieza a las 4:30 a.m. El desayuno es vital para iniciar la faena, que durará hasta las 5 de la tarde. A esta hora inicia el despulpado. Vitaliano tiene todo planificado, es la clave para controlar los procesos y obtener un buen café. “Tenemos que controlar la hora de fermentación, si tu lo haces pasar de fermentación no vamos a sacar buen café, si lo fermentamos menos tiempo tampoco va a salir”, nos informa.
En la cosecha se selecciona los granos, “puros rojitos tenemos que cosechar”. La finca de Vitaliano produce 2000 kilos al año por hectárea, aproximadamente. En el sector Otorongo, esta inicia en el mes de mayo y culmina en agosto.
Época de la coca
Durante las décadas de los 80 y 90, el Alto Huallaga, en la región de Huánuco, se convirtió en uno de los centros más importantes de cultivo ilícito de la hoja de coca. Esta actividad se expandió rápidamente y atrajo a gran parte de la población local debido a los ingresos significativamente mayores en comparación con otros cultivos. Vitaliano fue uno de los muchos que se dedicaron a esta actividad.
“Anteriormente, a nivel del Alto Huallaga nos dedicábamos a la coca por desconocimiento, porque no había asesoramiento por parte del Gobierno, (…) pero con coca casi nada se tenía, más atraso, no se podía educar a los hijos, vivíamos en miseria. Un rato ganábamos plata, pero esa plata donde iba, terminábamos sin cosas ni nada. Por eso opté por el café”, destaca Vitaliano mientras va recogiendo los cerezos de sus cafetales.
Ausencia de asistencia técnica
“No tenemos técnicos que puedan ayudarnos a dar un valor agregado a nuestro café, (…) antes venían los gobiernos de turno y mandaban técnicos pero no ha sido suficientes”. Vitaliano resalta la apertura que tuvo para recibir a las diferentes instituciones como Devida, el Ministerio de Agricultura y Riego, la Municipalidad de Leoncio Prado, “a mí me gustaba trabajar con todas las instituciones”.
Vitaliano confirma que la carretera que lo lleva a él y a otros productores del sector Otorongo a sus fincas, no ha sido mejorada desde hace 15 años. Por esas fechas, nos cuenta que se hizo una trocha carrozable pero luego, no hubo mayor intención de realizar mejoras. “La trocha que usted ha visto señor periodista, es la que hemos hecho con nuestro propio esfuerzo, hemos traído maquinaria pagando”, indica.
Carreteras en mal estado
El acceso para llegar a la finca es una principales dificultades que presenta Vitaliano Poma. Sobre todo en la época de lluvia, comenta. En modo de demanda, el productor de Hermilio Valdizán pide a la autoridades que se preocupen por trabajar en las vías de acceso a las zonas cafetaleras.
Para Vitaliano, las autoridades no miran el trabajo de los productores ni atienden sus demandas. Menciona que la alcaldesa de su distrito, Rocío Cuhilla, los visita y expresa su preocupación, pero no lleva a cabo obras que solucionen problemas como la mejora de las carreteras. “La cosa es hacer obras, yo también me puedo preocupar, yo estoy preocupado, pero no tengo herramientas bases, sino nosotros tuviéramos, ya tendríamos la carretera”, enfatiza nuestro entrevistado.
Otro desafío, como consecuencia del mal estado de los caminos, es el traslado de insumos necesarios para la cosecha, como herramientas, que en muchos casos “lo llevan a lomo” como dice Vitaliano; así como la carga de café hacia la ciudad. El costo para transportar el café desde la finca es de S/ 40. Indica que una de las razones por las que dejó de participar en concursos y ferias se debe al acceso.
“Para la post cosecha, tenemos que implementarnos y tenemos cargar, sin la carretera no puedo llevar todos mis materiales para la cosecha”, continúa Vitaliano. Asimismo, el personal técnico, que ingresa a las fincas de café a través de diversos proyectos para mejorar la producción, no llega al sector Otorongo, donde se encuentra la finca de Vitaliano. «Nosotros prácticamente estamos olvidados», comenta.
“El cuello de botella para nosotros es la carretera”, Vitaliano tiene la esperanza de que con una mejor carretera, la asistencia técnica llegará pronto.