La gestión de residuos sólidos en el Perú se ha convertido en un desafío creciente, impulsado por el aumento de la población y la consiguiente generación de desechos. En este escenario, diversos municipios vienen recibiendo asistencia técnica para implementar infraestructuras adecuadas, como rellenos sanitarios y plantas de valorización, que contribuyen a mejorar la calidad de vida y fomentar la sostenibilidad ambiental. Un ejemplo es el relleno sanitario de Tingo María.
La importancia de los rellenos sanitarios en la gestión de residuos
Los rellenos sanitarios están diseñados para recibir residuos urbanos de manera controlada y segura, a diferencia de los botaderos, que carecen de normas técnicas y ambientales. Estas infraestructuras son fundamentales en la transición hacia una economía circular, donde los residuos se valorizan y reintegran al ciclo productivo. Además, contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a proteger los recursos naturales.
Para minimizar su impacto ambiental, los rellenos sanitarios incorporan sistemas de impermeabilización y tratamiento de lixiviados, líquidos generados por la descomposición de los residuos, evitando así la contaminación de suelos y acuíferos.
Además, estos espacios permiten el control de las emisiones de biogás, un subproducto de la descomposición de la materia orgánica. El biogás capturado puede ser utilizado para generar energía renovable, contribuyendo así a la sostenibilidad del proyecto.
Otro beneficio relevante es la mejora en la salud pública. Los rellenos sanitarios permiten controlar la proliferación de vectores de enfermedades, como roedores e insectos, y reducir los olores, lo que genera un entorno más saludable para las comunidades cercanas. Asimismo, pueden rehabilitar áreas degradadas, transformándolas en zonas verdes o parques.

Los riesgos de los botaderos
A diferencia de los rellenos sanitarios, los botaderos son lugares donde se arrojan residuos sin ningún tipo de control técnico. Estos espacios a cielo abierto generan serios riesgos para la salud pública y el medio ambiente. La falta de medidas adecuadas favorece la proliferación de insectos y roedores, que son vectores de enfermedades. Además, los botaderos no permiten el reciclaje de los residuos y son responsables de la contaminación del agua, el aire y el suelo.
Los residuos que se depositan en estos espacios no pueden ser gestionados adecuadamente, lo que representa una amenaza directa para la salud de las personas y el equilibrio ecológico de las zonas cercanas.