En Huánuco, el Alto Huallaga, que abarca las provincias de Leoncio Prado y los distritos de Cholón y Monzón, se transforma en una reconocida zona de producción cafetera de calidad. En el Día del Café Peruano, conversamos con Jordán Herrera, ejecutivo zonal de Tingo María de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), institución clave en esta transformación. Herrera nos habla sobre el impacto y los desafíos que enfrenta el proyecto en la región durante los últimos años.
Áreas que en el pasado estuvieron dominadas por el cultivo ilícito de coca están experimentando una notable recuperación gracias a las iniciativas de desarrollo alternativo. «Cuando iniciamos teníamos un rendimiento promedio de 8 quintales por hectárea, hoy en día no bajan de 20 quintales por hectárea», afirma Herrera a Inforegión. Este logro es resultado de un trabajo constante con más de 1000 productores de la zona.
Concafés: Una vitrina para el café de Huánuco
El Concurso Regional de Cafés Especiales del Alto Huallaga (Concafés) fue esencial para elevar el perfil del café de la región. Estos concursos permiten mostrar la calidad del café de Huánuco y posicionarlo en mercados exigentes. «Uno de los últimos logros fue conseguir a 40 soles el kilo de café pergamino, cuando antes un café pergamino estaba 16 soles», destaca el ejecutivo.
Para lograr este objetivo, se implementó diversas actividades de fortalecimiento de capacidades. Estas incluyen evaluación, catación y mejoras en los procesos de postcosecha y tostado del café. Además, se han establecido parcelas demostrativas y formado promotores locales, estrategias que son clave para convencer a los productores de los beneficios del cultivo de café.
Transformación social y económica
El trabajo de Devida en la zona comenzó hace más de diez años, enfrentando diversos desafíos relacionados a la transición del cultivo ilícito de coca hacia el café. Este proceso requirió un cambio de mentalidad entre los productores, porque el café necesita al menos tres años desde la siembra hasta la primera cosecha.
La labor en zonas como el valle de Monzón fue particularmente desafiante. «Era un territorio difícil de acceder», comenta Herrera. «Hoy en día podemos decir que hay productores cafetaleros de este valle que están contentos con los rendimientos que tienen y con los ingresos económicos», añade.
Desafíos y avances hacia una caficultura sostenible
Actualmente, se continúa brindando asistencia técnica y adaptándose a nuevos desafíos. La transición hacia prácticas agrícolas sostenibles es una prioridad, especialmente ante las exigencias de mercados como la Unión Europea, que demandan productos provenientes de áreas no deforestadas y con manejo sostenible.
Asimismo, se trabaja en fortalecer la cadena de valor del café. «Hemos implementado laboratorios en diversas organizaciones para transformar el grano, permitiendo la producción de café tostado y otros derivados», explica Herrera.
«Tenemos la esperanza de seguir mejorando en la producción de café, en seguir incrementando los kilos de producción y también los puntos en calidad de taza», concluye el ejecutivo zonal de Devida. Con un plan de renovación de cafetales que abarcará 500 hectáreas hasta 2027, el impulso hacia un desarrollo sostenible y la mejora de la calidad de vida en el Alto Huallaga sigue avanzando con fuerza.