Un grupo de investigadores peruanos y extranjeros identificó dos nuevas especies de ranas terrestres del género Phrynopus en los bosques enanos de la Cordillera de Yanachaga, dentro del Parque Nacional Yanachaga-Chemillén, en la región Pasco. El descubrimiento fue publicado recientemente en la revista científica PeerJ, destacando el valor de las áreas naturales protegidas como refugios de biodiversidad aún poco explorada.
El estudio fue liderado por el herpetólogo Pablo Venegas, de Rainforest Partnership y el Instituto Peruano de Herpetología, junto con Luis Alberto García Ayachi, Lesly Luján y Vilma Durán, del mismo instituto, y Ana Motta, del Biodiversity Institute and Natural History Museum de la University of Kansas.
Hallazgo confirmado mediante análisis genéticos y morfológicos
A través de evaluaciones morfológicas y filogenéticas, el equipo científico comprobó que las dos ranas pertenecen al género Phrynopus y forman parte de un grupo diferenciado que agrupa especies endémicas de los Andes centrales. Este hallazgo contribuye a comprender mejor la evolución y diversidad biológica de los ecosistemas altoandinos.
Las especies fueron nombradas Phrynopus manuelriosi y Phrynopus melanoinguinis. Cada una presenta rasgos físicos únicos que las distinguen del resto de su género, reforzando su carácter exclusivo dentro del ecosistema del Yanachaga-Chemillén.
Rasgos distintivos y significados de los nombres

La Phrynopus manuelriosi se caracteriza por tener pequeños tubérculos en los párpados, talones y tarso, además de tonalidades rojizas en la ingle y las zonas internas de las patas traseras. En cambio, la Phrynopus melanoinguinis carece de esos tubérculos, pero destaca por su coloración negra en las mismas regiones, un rasgo que inspiró su nombre, derivado de los términos griegos melas (negro) e inguina (ingle).
La primera especie fue nombrada en honor al doctor Manuel Ríos, ingeniero forestal y docente reconocido por su trabajo en conservación y su aporte a la creación de áreas naturales protegidas en el Perú. El epíteto “manuelriosi” busca rendir tributo a su compromiso con la protección de la biodiversidad y al impulso que brindó a investigaciones científicas en el país.
Conservación de un ecosistema frágil
Ambas especies fueron registradas únicamente en su localidad tipo, ubicada a 3280 metros sobre el nivel del mar, en el sector Santa Bárbara del Parque Nacional Yanachaga-Chemillén. Esta distribución sumamente restringida las hace especialmente vulnerables a los cambios en su hábitat.
El descubrimiento subraya la urgencia de reforzar la conservación de los bosques enanos de la Cordillera de Yanachaga, considerados ecosistemas frágiles con una notable concentración de especies endémicas. Su protección es clave para garantizar la supervivencia de organismos únicos, como las recién descritas ranas Phrynopus manuelriosi y Phrynopus melanoinguinis, y para seguir revelando la riqueza natural que aún permanece oculta en los Andes peruanos.


