Más de 150 pescadores artesanales de las localidades de Matarani y Mollendo han logrado recuperar la población del erizo rojo, una especie que hace una década enfrentaba graves problemas de sobreexplotación. A través de un modelo de autorregulación pesquera conocido como «saca de erizo rojo», estos marisqueros han implementado un sistema de manejo colectivo que ha permitido no solo la recuperación de la especie, sino también la mejora de las condiciones socioeconómicas de las familias involucradas.
Un modelo basado en acuerdos voluntarios
Siete asociaciones de pescadores formalizadas en Arequipa crearon el sistema de autorregulación de la «saca de erizo rojo». Estos grupos acordaron reglas claras para la pesca del erizo rojo, incluyendo temporadas de extracción, cuotas por embarcación y límites en la cantidad de erizos que cada faena puede extraer.
“Lo que hemos construido no es perfecto, pero funciona porque lo hemos hecho entre todos. Si algo no da resultado, lo cambiamos. El mar nos enseña y nosotros respondemos con respeto y organización”, afirmó Juan Huari, presidente de la Asociación ACEMAR, una de las organizaciones participantes en el proyecto.

Este sistema ha demostrado ser efectivo en la restauración del erizo rojo, que ha visto un aumento en su población desde la implementación de estas prácticas. Además, el modelo ha generado empleo indirecto y ha fortalecido la organización entre los pescadores, contribuyendo a una mayor cohesión social en las comunidades de la zona.
La necesidad de respaldo normativo
A pesar de los resultados positivos, el modelo de autorregulación enfrenta un desafío: la falta de un marco legal que formalice y respalde el sistema. Aunque los acuerdos alcanzados por los pescadores tienen legitimidad social, los marisqueros solicitan que el Ministerio de la Producción (Produce) y el Gobierno Regional de Arequipa los incluyan en el Reglamento de Ordenamiento Pesquero(ROP) de bentónicos, como parte de un plan de extracción oficial. Esto permitiría garantizar la sostenibilidad del erizo rojo a largo plazo, protegiendo el recurso de la sobreexplotación por parte de actores ajenos a los acuerdos.
“Si no contamos con el respaldo legal, corremos el riesgo de perder años de trabajo colectivo y poner en peligro la sostenibilidad del recurso”, advirtió Huari.
Un modelo replicable en el país
El esfuerzo de los pescadores de Matarani y Mollendo ha sido reconocido como un ejemplo de gestión pesquera responsable. La estrategia de autorregulación ha permitido no solo la recuperación del erizo rojo, sino también la creación de un entorno de cooperación entre los actores locales, lo que refuerza la idea de que la pesca sostenible es posible a través de la organización comunitaria.

Para garantizar que este modelo siga siendo efectivo y no se vea amenazado por actores externos, los pescadores hacen un llamado a las autoridades nacionales y regionales para que otorguen el respaldo necesario, elevando estos acuerdos a un nivel normativo que asegure la continuidad de la recuperación del recurso.
El futuro de la pesca sostenible en riesgo
El éxito de la «saca de erizo rojo» depende en gran parte de la respuesta del Estado. Los marisqueros temen que, sin el apoyo formal de las autoridades, el esfuerzo de los últimos años no alcance para proteger el erizo rojo de la sobreexplotación a largo plazo.
Los pescadores seguirán aplicando sus prácticas de manejo responsable, con la esperanza de que su modelo se convierta en un referente para otros recursos marinos y regiones del país. El desafío ahora es consolidar este sistema en una normativa oficial que permita seguir garantizando la sostenibilidad tanto del erizo rojo como de otras especies marinas en peligro.


