jueves 04, diciembre 2025

Madre de Dios refuerza su respuesta ante incendios forestales en la temporada seca

Un grupo de 35 bomberos culminó un curso especializado en combate de incendios forestales y atención de emergencias, en medio de una temporada crítica para la Amazonía peruana.

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Con la llegada de la temporada seca, los incendios forestales se han vuelto una amenaza cada vez más frecuente y peligrosa para los bosques de la Amazonía peruana. Este fenómeno, que alcanza su pico entre los meses de julio y octubre, no solo afecta el ecosistema local, sino que también pone en riesgo la salud de miles de personas y acelera la crisis climática global.

El año 2024 fue particularmente devastador: en todo el país se reportaron al menos 16 muertes y la destrucción de más de 3000 hectáreas de bosques, tierras agrícolas y áreas protegidas, afectando a 22 regiones, incluida Madre de Dios, de acuerdo con el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). Este panorama alarmante ha llevado a las autoridades a tomar medidas más drásticas para combatir los incendios y prevenir nuevas tragedias.

Un panorama crítico en el sur del país

El sur del Perú, especialmente la región de Cusco, enfrenta una alerta roja ante las condiciones climáticas que favorecen la propagación de los incendios forestales. En lo que va del 2025, solo en Cusco, se han registrado 78 incendios que han afectado más de 770 hectáreas de terreno. El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) ha emitido alertas por riesgo extremo de incendios, debido a la persistencia de altas temperaturas, baja humedad y vientos fuertes, condiciones ideales para el avance descontrolado del fuego.

Estos incendios no solo destruyen valiosos ecosistemas de la Amazonía, sino que también generan graves consecuencias para la salud humana, como la contaminación del aire y la pérdida de calidad de vida para las comunidades locales. Además, los incendios liberan grandes cantidades de carbono a la atmósfera, contribuyendo al cambio climático global.

A pesar de los esfuerzos por mejorar la respuesta ante los incendios, expertos coinciden en que la solución a largo plazo pasa por una mayor coordinación entre autoridades locales, instituciones nacionales e internacionales, y las comunidades afectadas. (Foto: WWF Brasil)

El poder de la prevención: formación de brigadas locales

Ante este panorama, la prevención se ha convertido en un pilar fundamental para mitigar los impactos de los incendios. Un paso importante en este esfuerzo fue la graduación de la primera promoción de combatientes forestales de Madre de Dios, un logro que marca un hito para la región.

El grupo de 35 bomberos de las compañías B-70 Madre de Dios, B-141 Laberinto y B-228 Iberia culminó con éxito el curso “Combatientes Forestales y Primera Respuesta en Trauma”, que duró dos meses e incluyó tanto clases teóricas virtuales como prácticas presenciales. El curso fue gestionado por la Intendencia Nacional de Bomberos INBP, el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú, y el Programa de Respuesta de Incendios Forestales (PRIF), con el apoyo de instructores especializados de Lima, Cusco y Junín.

“Desde WWF Perú, acompañamos este proceso de formación y de capacidades de los combatientes forestales de Madre de Dios como parte de nuestro compromiso con la protección de la Amazonía y el bienestar del personal que trabaja en primera línea. Además, venimos trabajando junto al Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) en el diseño de proyectos para el fortalecimiento de la capacidad de respuesta ante incendios forestales y la aplicación de medidas preventivas”, comentó Edith Condori, representante de WWF Perú.

Una visión de largo plazo para la protección del bosque

Aunque la respuesta ante los incendios ha mejorado con la capacitación de brigadas locales, expertos coinciden en que la protección de la Amazonía requiere un enfoque integral. Para evitar la pérdida irreversible de los bosques, es necesario coordinar esfuerzos entre instituciones gubernamentales, comunidades locales y organizaciones internacionales. Además, la prevención debe estar acompañada de un esfuerzo continuo para sensibilizar a las comunidades sobre el manejo responsable del fuego.

La preservación del bosque amazónico no es solo un desafío ambiental, sino una responsabilidad compartida que afecta directamente a la vida de las personas que dependen de sus recursos. Como señala Edith Condori de WWF Perú, “Es necesario pensar en el futuro, poniendo en el centro tanto a la naturaleza como a las personas, para asegurar que la Amazonía siga viva y sea capaz de sostener la vida de generaciones futuras”.

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