En la selva de los Valles del ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), un equipo de investigadores demuestra que la conservación de los bosques nativos en la región de Ayacucho es clave para garantizar la calidad del café producido en la región.
El estudio, desarrollado en la comunidad de Moyabamba, distrito de Chungui, reveló que los ecosistemas amazónicos son refugio para la biodiversidad, pero también desempeñan un papel esencial en el control natural de plagas y la polinización, factores que inciden directamente en la productividad cafetalera.
Impacto de los insectos en la producción de café
El proyecto, que contó con el respaldo financiero de ProCiencia, unidad ejecutora del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Concytec), demostró que el equilibrio ecológico de los insectos en los cafetales es fundamental para minimizar el impacto de plagas agresivas.
En total, se identificaron 688 especies de avispas depredadoras, 35 de abejas polinizadoras y 2 de moscas depredadoras, todas ellas contribuyendo a la sostenibilidad del cultivo. Uno de los hallazgos más destacados de la investigación fue el descubrimiento de cuatro nuevas especies de insectos, registradas por primera vez en este entorno.
Estas nuevas especies refuerzan la importancia de conservar los bosques nativos, entre ellas se encuentran: Dolichomitus maquinaccasa Inga & Alvarado 2023, Dolichomitus yanasiqui Inga & Alvarado 2023, Ommatius uturuncu Sánchez & Camargo 2023 y Ommatius kuntur Sánchez & Camargo 2023.
Conservación y sostenibilidad
El estudio, titulado “Agroecosistemas de café como refugio de la diversidad de insectos polinizadores y depredadores en bosques montanos de Ayacucho, Perú”, subraya la importancia de preservar los árboles en áreas de cultivo, práctica que contribuye a mantener la calidad del suelo y su capacidad de absorción de agua, aspectos críticos para la agricultura sostenible.
Esta investigación es un ejemplo del poder de la ciencia y la innovación para enfrentar los desafíos globales. Al promover la conservación de los ecosistemas naturales, se impulsa una producción agrícola más resiliente y sostenible, que no solo protege el ambiente, sino que asegura la calidad y competitividad de productos como el café en el mercado mundial.
