En un esfuerzo por equilibrar el crecimiento urbano con la protección del ambiente, Huánuco implementó un protocolo que garantiza la preservación de los árboles centenarios durante la construcción de la nueva Alameda Perú en Tingo María. Este proyecto busca mejorar la infraestructura turística de la ciudad, respetando un precedente en la conservación de la naturaleza.
En cumplimiento de la Ley de Gestión y Protección de los Espacios Públicos, el Gobierno Regional de Huánuco implementó un protocolo riguroso para asegurar la preservación del entorno natural que abarca tres fases clave: antes, durante y después de la ejecución del proyecto.
Protección de especies arbóreas como prioridad
Previo al inicio de las obras, se realizaron trabajos de abonado en cada árbol y especie forestal presente en la zona, con el objetivo de fortalecer sus raíces y evitar podas que interrumpan sus ciclos de floración, fructificación y crecimiento. Esta etapa preparatoria es crucial para garantizar la integridad de los árboles y minimizar cualquier impacto negativo que podría resultar de la construcción.
Asimismo, durante la ejecución de las obras, se monitorean todas las acciones cercanas a los árboles, palmeras y arbustos. Estas medidas incluyen la evaluación del retiro de suelo y la aplicación de pastas cicatrizantes en raíces podadas, para prevenir enfermedades e infestaciones por bacterias y hongos. Además, se sigue un riguroso proceso de fertilización con nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio para mantener la salud del sistema radicular de las plantas intervenidas.
Tras la finalización de las obras, el protocolo continúa con labores de abonado y riego, además de un seguimiento y evaluación continua del estado de los árboles tras las podas realizadas. Las intervenciones se limitan a la poda de ramas que presenten problemas fitosanitarios, en coordinación con la Municipalidad Provincial de Leoncio Prado, asegurando así la longevidad y salud de los árboles.
Turismo y naturaleza
Con esta iniciativa, Huánuco se posiciona como un líder en la integración de infraestructura moderna con la conservación ambiental. La nueva alameda en Tingo María no solo será un atractivo turístico, sino también un ejemplo de cómo es posible avanzar sin destruir lo que hace única a una región. Este proyecto podría inspirar a otras ciudades del país a adoptar medidas similares en futuras construcciones.