Existe un término crucial si quieres conocer el importante mundo del café, este es la trazabilidad. El concepto hace referencia a la capacidad que se tiene para dar seguimiento desde el origen del grano hasta su etapa de consumo. Es importante mencionar que esto también se replica en cualquier tipo de alimento.
Se trata de un proceso realmente complejo para compradores, comerciantes, tostadores y productores. Recopilar y compartir datos sobre el tipo de café que venden a sus clientes, brinda la seguridad de que sus productos cumplen con los estándares de lo que pide la demanda. Sin embargo, durante décadas, los actores buscan un canal eficiente para lograr este objetivo convirtiéndose en un gran desafío.
Aunque con el surgimiento de herramientas digitales, las plataformas de trazabilidad pueden aliviar estas dificultades que presenta el sector y optimizar los procesos para conocer esta senda que sigue el café. De esta manera se logra que actores, como los tostadores y las tiendas de café de especialidad, puedan obtener una garantía con los granos que adquieren y logren personalizar su café.
Asimismo, uno de los retos que debe enfrentar el sector, y que pone como protagonista a la trazabilidad, son los nuevos requisitos establecidos por el Reglamento de la Unión Europea sobre Productos Libres de Deforestación (EUDR, por sus siglas en inglés), que entrarán en vigencia a partir de enero del 2025. Con lo cual, los proveedores de tecnología y las empresas cafeteras de todos los tamaños tendrán que adoptar soluciones que respalden estos esfuerzos.
¿Cómo se analiza la trazabilidad?
El proceso de trazabilidad agrupa las diversas etapas que recorre el cerezo de café hasta su consumo final, que puede ser un empaque de café u otros derivados. Esto implica el perfil de los agricultores, mapeos de campo, seguimiento de precios y auditorías como las certificaciones.
En la actualidad, obtener datos de los productores, conocer la región o lugar de donde procede, en muchos casos, tiene como fin promocionarlo como un café de origen único. Por eso, identificar datos individuales del agricultor que trabaja con micro y nano lotes es un requisito primordial de compradores especializados y minoristas.
Otros factores a considerar en la gestión de la trazabilidad son: Los métodos de cultivo, la aplicación de sistemas amigables con el ambiente y la biodiversidad en la pre y post cosecha, la certificación de comercio justo, la inclusión de productoras mujeres, el almacenamiento, el traslado del producto, los derechos de las tierras de los pueblos indígenas y el uso local del agua.
Diversas empresas cafetaleras apuestan por desarrollar su propia solución al desconocimiento de su trazabilidad, debido a lo complejo que puede resultar encontrar una herramienta que se pueda adaptar a su negocio. Sin embargo, no todas pueden permitirse construir un mecanismo de identificación de trazabilidad, ya que requiere grandes cantidades de dinero, así como una comunicación constante y efectiva con el equipo de desarrollo.
Retos en la trazabilidad
Una de las principales preocupaciones es, sin duda, el Reglamento de la Unión Europea sobre Productos Libres de Deforestación (EUDR). En ese sentido, hoy las plataformas digitales de trazabilidad, las empresas cafetaleras y hasta los gobiernos se concentran en trabajar con sistemas que permitan reconocer los niveles de deforestación, la cobertura de los suelos, el monitoreo forestal basado en satélites y el registro de polígonos de campo de los agricultores
Por otro lado, en muchas ocasiones los lotes de cafés pueden provenir de diferentes productores, lo que dificulta la ubicación de su paradero y que las empresas puedan catalogar al grano que ofrecen como un café de origen.
En la actualidad, no existe información sobre el consenso de éxito y fracaso de empresas que hayan adoptado plataformas de trazabilidad, sin embargo, se reconoce que múltiples empresas invierten miles de dólares en estas.