La producción de café en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) sigue en ascenso y para el año 2025 se espera una cosecha de 2100 toneladas de café pergamino. Esta producción se llevará a cabo en 2168 hectáreas de cultivo que actualmente se encuentran en etapa de producción, con el apoyo técnico de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida).
Apoyo a la caficultura como alternativa económica
El proyecto beneficiará a 2527 familias en 11 distritos de los departamentos de Ayacucho, Cusco y Junín. Estas comunidades han optado por la caficultura como una alternativa lícita a los cultivos de coca, con el fin de mejorar sus condiciones económicas y contribuir a la sostenibilidad del entorno. A través de asistencia técnica personalizada y entrega de insumos agrícolas, Devida promueve una economía licita que busca reducir la dependencia de cultivos ilícitos.
Fomento a prácticas agrícolas sostenibles
Devida, además, fomenta el uso de insumos naturales como guano de islas, compost y biofertilizantes, con el objetivo de obtener un café libre de agroquímicos. Esta práctica responde a las exigencias del mercado internacional, que demanda productos orgánicos y con estándares de calidad elevados.

Rubén Santiváñez, coordinador técnico de la actividad café de Devida en el Vraem, destacó la capacitación a los productores locales. “Capacitamos a los productores para que elaboren sus propios abonos con recursos de sus fincas, asegurando una producción orgánica con estándares internacionales. Asimismo, les entregamos guano de islas para mejorar la fertilidad de los suelos”, explicó Santiváñez.
Impacto en la calidad del café
El impacto de estas prácticas se refleja en la calidad del café producido en la región. Teodosio Escriba Quispe, cafetalero de la comunidad de Ccentabamba (Ayna), mencionó cómo las buenas prácticas de campo y postcosecha han mejorado la calidad de su producto. “Aplicamos buenas prácticas en campo y postcosecha, lo que nos permite obtener un café de alta calidad que hoy es valorado por compradores de diferentes países”, indicó Escriba.
El café del Vraem ha alcanzado reconocimiento tanto en el mercado nacional como internacional, lo que ha permitido a los productores acceder a nuevos compradores y mejorar sus ingresos.

Con una proyección positiva para el 2025, la caficultura en el Vraem sigue siendo una alternativa clave para el desarrollo de la región. La apuesta por un café orgánico y competitivo en el mercado global abre nuevas oportunidades para las familias cafetaleras, contribuyendo al crecimiento económico y a la lucha contra los cultivos ilícitos en la zona.