La Unión Europea (UE) ha estado empleando el primer combustible ecológico de la historia. Sin embargo, un grupo de treinta organizaciones no gubernamentales, entre ellas Transporte & Environment (T&E), WWF, Oxfam y Birdlife, han alzado la voz solicitando a Bruselas que retire gradualmente su respaldo a este innovador combustible.
La controversia gira en torno a los biocombustibles de soja, con el llamado urgente de estas organizaciones para poner fin a una iniciativa que, según advierten, está generando deforestación.
Biocombustibles de soja bajo la lupa ambiental
Según las ONGs, el biodiésel a base de soja emite el doble de CO² que el gasóleo fósil que reemplaza, si se considera la deforestación indirecta. Tanto la soja como el aceite de palma, ingredientes clave en estos biocombustibles, han sido identificados como impulsores significativos de la deforestación, siendo ya objeto del Reglamento de la UE sobre deforestación.
Las organizaciones hacen un llamado apremiante a la Comisión Europea (CE) para que tome medidas inmediatas antes de las elecciones de junio. Se destaca que la CE tiene una última oportunidad de hacerlo, y que el Parlamento Europeo ya había solicitado la eliminación inmediata de los biocombustibles de soja y palma durante las negociaciones de la Directiva sobre energías renovables (DER) de 2023.
Presión ambiental vs. comercial
En medio de fuertes presiones comerciales por parte de los países productores de soja, las organizaciones instan a la CE a basar sus decisiones en datos científicos. Argumentan que la eliminación progresiva de materias primas de alto riesgo en términos de cambio indirecto en el uso de la tierra (ILUC) es coherente con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y es esencial para la protección del ambiente.
Desafíos y oportunidades para la Unión Europea
A pesar de que los biocombustibles de soja y palma representan sólo un tercio del volumen de materia prima del biodiésel en la UE, contribuyen con dos tercios de las emisiones de CO² del biodiésel en la región.
El biodiesel de soja ha experimentado un crecimiento notable en la UE, quintuplicándose entre 2015 y 2022. La Unión Europea se enfrenta a una decisión crucial en medio de la creciente presión ambiental y la necesidad de equilibrar las preocupaciones comerciales con su compromiso climático.
En los próximos meses, se revelará si la UE opta por la eliminación gradual de los biocombustibles de soja, marcando un hito en su enfoque hacia la sostenibilidad ambiental y energética. Mientras tanto, proyectos alineados con la transición energética, como el combustible ecológico para aviones en la UE para 2050, continúan llegando.