La Reserva Indígena Kakataibo, establecida en 2021 con el objetivo de proteger a las poblaciones indígenas en aislamiento de este pueblo amazónico, enfrenta una creciente amenaza de deforestación. De acuerdo con un reciente estudio del Instituto del Bien Común (IBC), se proyecta que para 2030 se habrán perdido aproximadamente 2,4 mil hectáreas de bosques dentro de la reserva y otras 28,2 mil hectáreas en territorios de las comunidades aledañas. La apertura de vías forestales clandestinas, impulsada por el tráfico de tierras y drogas, ha intensificado la presión sobre estos bosques que se extienden entre los departamentos de Ucayali y Huánuco.
El estudio, realizado por los investigadores José Eduardo Victorio y Kathrin Hopfgartner, fue presentado en el simposio de sensores remotos de la Sociedad Internacional de Fotogrametría y Teledetección (ISPRS) en Belén, Brasil, generando gran interés por la metodología empleada que permite realizar proyecciones detalladas sobre la deforestación hasta el año 2030.
Una región bajo presión
La situación es crítica en el territorio kakataibo, que en 2014 estaba prácticamente cubierto de bosques, pero desde entonces ha sido afectado por el avance de la colonización y la frontera agrícola. Las invasiones para actividades ilícitas, la extracción de madera, el pastoreo y la agricultura han desencadenado un proceso de deforestación que amenaza los medios de vida del pueblo kakataibo y su entorno natural.
Marcelo Odicio, presidente de la Federación Nativa de Comunidades Kakataibo (Fenacoka), describe un clima de inseguridad y violencia en el territorio. Desde 2020, seis líderes kakataibo han sido asesinados debido a conflictos de tierras y narcotráfico. “Todo es muy difícil ahora, nos encontramos limitados, no podemos hacer nuestras reuniones, tampoco podemos usar los ríos con tranquilidad, porque esos ríos son los que se usan para transportar los insumos del narcotráfico”, expresa Odicio, lamentando la situación que enfrentan sus comunidades.
El papel de las comunidades indígenas en la protección del bosque
Uno de los hallazgos más destacados del estudio es el papel que juegan los pueblos indígenas en la mitigación de la deforestación. “Si bien las comunidades han experimentado pérdida de bosque, esta se ha dado a una tasa significativamente inferior a la que presentan las áreas que no pertenecen a áreas protegidas o territorios indígenas”, señala el investigador José Eduardo Victorio. Sin embargo, advierte que las comunidades son cada vez más vulnerables a las presiones externas, especialmente aquellas que aún no cuentan con títulos de propiedad colectiva.
Para Victorio, es urgente culminar los procesos de titulación y brindar protección legal a estas comunidades. “Las proyecciones al 2030 indican una tendencia progresiva de declive en la cobertura boscosa dentro de las comunidades nativas, lo cual podría agravarse sin un respaldo legal adecuado”, añade.
Impacto climático y monitoreo del carbono
El estudio también está contribuyendo a entender el impacto de la deforestación en el almacenamiento de carbono forestal. Kathrin Hopfgartner, coautora del informe, señala que la metodología desarrollada permitirá realizar proyecciones similares para otras regiones de Perú y la Amazonía, ayudando a estimar la capacidad de almacenamiento de carbono de los bosques al 2030. Esta iniciativa forma parte de un proyecto internacional liderado por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), en colaboración con organizaciones como COICA y el Woodwell Climate Research Center.