El árbol de la quina no es solamente un recurso natural de nuestro país, sino que también es un emblema que representa la biodiversidad y que requiere iniciativas para asegurar su cuidado y reproducción en zonas como bosques montanos nublados, desde el extremo norte en el departamento de Cajamarca, hasta la frontera sur de Puno.
El protagonismo de la quina
La quina es una especie forestal perteneciente al género chinchona de la familia Rubiácea, principalmente conocida como “planta medicinal”, para tratar enfermedades como la malaria y el paludismo, extrayendo la quinina de la corteza del árbol y procesándola. Asimismo, la importancia de este árbol simboliza la diversidad vegetal para nuestro país, pues crece hasta 30 metros de alto entre los 1300 y 2900 m.s.n.m. en bosques húmedos.
“El árbol de la quina se distribuye a lo largo de los Andes tropicales, es decir en ambientes de bosques montanos. En el mundo hay 23 especies de chinchona de los cuales 13 están en Perú, lo cual hace que más del 80% de especies se encuentren aquí y de las cuales cinco son endémicas”, comentó Lizeth Huamán Turpo, bióloga experta de Serfor, en su presentación Desafíos y Avances en la Conservación del Patrimonio Forestal en el Perú.
También señaló que las amenazas potenciales son la ampliación de la frontera agrícola y ganadera, la tala selectiva y el incremento demográfico. Siendo importante involucrar a las comunidades científicas y locales para concientizar a estas últimas sobre dónde crece la chinchona.
A su vez, resaltó la importancia de una evaluación de los desafíos actuales por enfrentar (qué especies necesitan repoblamiento). El Plan para el Repoblamiento Forestal con especies de género chinchona empezó el año 2020 y al 2022 se propuso reforestar 145 hectáreas con una inversión de 3.7 millones de soles en 10 departamentos con cuatro especies de chinchona.
El rol de Serfor
Durante la charla Jessica Marroquín, especialista en la Dirección de Gestión Sostenible del Patrimonio Forestal, resaltó que la responsable de la gestión del Patrimonio Forestal es el Serfor, pero siempre bajo un enfoque descentralizado.
Señaló que esta funge como autoridad administrativa CITES, un acuerdo internacional concertado bajo adhesión voluntaria entre países, que tiene como finalidad mantener la sostenibilidad de las especies de flora y fauna silvestre dentro del territorio nacional, donde existe una presencia regional a través de 13 Administraciones Técnicas Forestales y de Fauna Silvestre (ATFFS) en 15 departamentos del país.
La investigación es fundamental para la toma de decisiones en la gestión, manejo de conservación y protección de quina. La restauración de áreas degradadas se prioriza con especies nativas con fines para la conservación, protección y productividad. En ese sentido, lo que se busca es promover el repoblamiento de la chinchona a partir de jardines botánicos y árboles patrimoniales. Aquí Serfor promueve la forestería urbana y tiene la responsabilidad de promover los espacios como simposios y eventos.
Los siguientes pasos
Existen dos planes, el primero a corto plazo que comprende el periodo 2024-2025 y el segundo a largo plazo entre 2025-2026. Respecto al primero, se espera fortalecer las capacidades de potenciales investigadores en las autorizaciones de investigación científica, así como promover el registro de árboles patrimoniales y de plantaciones de árbol de chinchona a través de las ATFFS y GORES. También, fortalecer las capacidades en temas de acceso a recursos genéticos, un plan de difusión de la chinchona y afianzar la articulación de las universidades.
Respecto a la última etapa, Marroquín habló de una clasificación oficial de especies de flora y fauna silvestres categorizadas como amenazadas que indudablemente incluye a la Cinchona calisaya, teniendo en cuenta que la preservación de este recurso también pasa por el reconocimiento a su valor como signo de riqueza forestal nacional.