Con una ceremonia realizada este martes 26 de Agosto en el local Andes Alpes, se dio por concluido el proyecto “Jóvenes construyendo una agricultura resiliente”, impulsado por la organización Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras (AVSF) con el respaldo de las fundaciones Egis, EDF y Rabobank.
El evento marcó el cierre de un proceso de dos años que permitió la implementación de 14 proyectos liderados por jóvenes rurales en el Valle del Chillón (Lima), Palián (Junín) y Pazos (Huancavelica), enfocados en prácticas agroecológicas, innovación productiva y desarrollo comunitario.
Proyectos con impacto territorial
Entre las iniciativas presentadas destacan las de Cristian Rodríguez y Emerson Jacobi, ambos estudiantes del IESTP Pazos, en Huancavelica. Rodríguez lidera un proyecto de apicultura que contribuye a la economía de su comunidad, dedicada principalmente al cultivo de papa nativa. Jacobi, por su parte, desarrolló una incubadora de huevos fértiles y comercializa pollos adaptados a las condiciones de altura.

En Lima, Sol Guzmán impulsa el proyecto “Gallina Dorada y Renacer”, que comenzó con la producción de huevos a libre pastoreo y se extendió a la venta de leche de cabra y derivados. Esta iniciativa fue reconocida con el tercer lugar en el premio internacional TEAM UP FOR CLIMATE 2025 – EGIS.
Formación y resultados
El proyecto capacitó a 143 jóvenes, el 42% de ellos mujeres, a través de cuatro módulos enfocados en gestión de fincas agroecológicas, sanidad vegetal y animal, crianza ecológica y habilidades empresariales. Actualmente, 130 jóvenes aplican prácticas agroecológicas en sus fincas y más de 90 han logrado incrementar sus ingresos.
Otros resultados incluyen la creación de la red “Jóvenes impulsando EcoResiliencia” y el acceso de 11 participantes a empleos calificados en el sector agropecuario.

Modelo basado en alianzas locales
El trabajo se realizó en coordinación con institutos tecnológicos de Pazos y Palián, además de la Asociación de Productores Agroecológicos del Valle del Chillón. El enfoque metodológico combinó formación técnica con saberes ancestrales, involucrando a docentes, expertos y productores locales.
La clausura en Huancayo cierra formalmente el proyecto, pero las iniciativas presentadas continuarán en desarrollo con el impulso de sus jóvenes líderes.


