El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) recuperó 164 tortugas taricayas que se encontraban en malas condiciones tras ser decomisadas por la Dirección de Medioambiente (Dirmeamb) de la PNP en el Jirón Andahuaylas, en el Cercado de Lima. Las tortugas, procedentes del tráfico ilegal, estaban siendo comercializadas en la vía pública, una actividad prohibida y peligrosa.
Malas condiciones y traslado a centros especializados
Según el informe de Javier Jara, especialista en fauna silvestre del Serfor, las crías de tortuga taricaya eran mantenidas hacinadas en peceras de vidrio y, en algunos casos, eran transportadas en bolsas de plástico, lo que pone en riesgo su salud. “Por la forma en las que eran movilizadas y comercializadas, las crías de tortugas, nativas de la Amazonía, estaban en malas condiciones físicas de salud, por lo que fueron trasladados a un centro autorizado para recibir una atención especializada”, afirmó. Esta intervención se realizó para proteger a las tortugas y garantizar su recuperación en un ambiente adecuado.
El operativo también resultó en la detención de tres personas, quienes serán sometidas a un proceso penal por parte del Ministerio Público. Además, el Serfor ha iniciado un Proceso Administrativo Sancionador (PAS) por la infracción de comercializar especies de fauna silvestre de origen ilegal, lo que se encuentra penalizado por la normativa forestal y de fauna silvestre. De acuerdo con la ley, las sanciones para quienes incurren en este delito pueden alcanzar una multa que va desde 10 hasta 5000 unidades impositivas tributarias (UIT).
Especies en peligro de extinción
La tortuga taricaya es una especie nativa de la Amazonía peruana y se encuentra en peligro de extinción, según la lista de especies amenazadas del Perú, en la categoría de Vulnerable. Habita en los departamentos de Loreto, Amazonas, San Martín, Ucayali, Madre de Dios y en el extremo oriental de Huánuco. Además, está incluida en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), lo que restringe su comercio internacional.