Después de varios intentos fallidos, el vuelo humanitario destinado al traslado de los familiares del líder y defensor ambiental, Quinto Inuma Alvarado, finalmente ha aterrizado hoy en la comunidad kichwa de Santa Rosillo de Yanayacu.
Tras cinco meses desde el vil asesinato de Inuma, los pedidos de apoyo por parte de los deudos, quienes tuvieron que refugiarse en Tarapoto por temor a represalias, finalmente obtuvieron una respuesta por parte de las autoridades pertinentes.
Antecedentes
Desde finales de febrero de este año, Manuel Inuma, líder actual de la comunidad, ha estado solicitando repetidamente apoyo a la Dirección de Políticas y Gestión en Derechos Humanos del Ministerio de Justicia para facilitar su retorno a la comunidad kichwa Santa Rosillo. El pedido surge tras el asesinato de su hermano, Quinto Inuma, lo que obligó a los familiares a buscar refugio en la ciudad de Tarapoto.
Como se recuerda, el trágico suceso ocurrió en noviembre de 2023, cuando el líder regresaba a su comunidad tras participar en una reunión con defensores ambientales en Pucallpa, a pesar de la existencia de un protocolo de protección para defensores.
Cinco meses después, a pesar de la obtención de medidas cautelares por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), las advertencias de relatores de las Naciones Unidas y las garantías personales conseguidas, el Ministerio del Interior demoró en desplegar un operativo de seguridad efectivo. Alegó restricciones logísticas y escasez de personal para no establecer presencia policial en la zona.
“Vivir encerrado acá en Tarapoto no es lo mismo que vivir en la comunidad. Como hermano mayor, después de la muerte de mi papá, me he quedado con la responsabilidad de asumir los gastos y la responsabilidad de mi familia”, lamenta Kevin Inuma, hijo del líder asesinado, quien hoy asume la responsabilidad de su familia tras la trágica pérdida. “Para mí esto es muy fuerte. A mi corta edad tengo que encargarme de esto, pero sino ¿quién más va a ver por ellos?”.
Operación retorno de familia Inuma
El vuelo humanitario estaba programado inicialmente para el 15 de mayo. Desde las primeras horas de la mañana, los familiares se congregaron en la comisaría de Tarapoto para dirigirse al aeropuerto Guillermo del Castillo Paredes, donde abordarían un helicóptero de la Policía Nacional junto con alimentos y otros suministros. Sin embargo, la densa nubosidad impidió que la aeronave lograra su aterrizaje durante tres días consecutivos. Finalmente, hoy por la tarde lograron retornar a salvo a su comunidad. El traslado estuvo bajo la responsabilidad de la Región Policial San Martín.
Presuntos asesinos siguen libres
Los presuntos implicados en el asesinato del defensor ambiental continúan en libertad. Estos individuos son Belustiano Saboya Pisco, señalado como autor material, y Segundo Juan Villalobos Guevara. Ambos representan una amenaza para la integridad de los miembros de la comunidad kichwa que lideran la defensa territorial de Santa Rosillo de Yanayacu.
Asimismo, el ansiado proceso de titulación colectiva de Santa Rosillo, medida clave para garantizar sus derechos territoriales, continúa estancado pese a los compromisos asumidos.
Transcurrieron tres años desde la formación de la comisión ad hoc, pero la Dirección de Titulación, Reversión de Tierras y Catastro Rural de la Dirección Regional de Agricultura de San Martín no implementó ninguna medida efectiva hasta la fecha. Hoy nuevos invasores siguen arribando al territorio aprovechando el vacío de seguridad jurídica.
“Queremos justicia”
En una entrevista con Inforegión, Kevin Inuma destaca la gran y sacrificada labor de su padre. “A pesar de las amenazas que recibía, él tenía bien claro que iba a morir luchando y defendiendo su tierra. Y así fue. Logró proteger miles de hectáreas de nuestros bosques en beneficio de todos», comparte.
“Queremos que el Estado se ponga una mano al pecho. Sabemos que existen muchas leyes, pero ¿dónde está la justicia en todo esto? Mi papá por más que tenía medidas de protección y existen tantos protocolos, no le han servido de nada. Mi papá siempre ha pedido ayuda, ha enviado coordenadas exactas, fotos, vídeos, evidencias y aún así lo han ignorado”, expresa con profunda indignación un hijo que ha perdido a su padre ante un Estado ausente.
Tras una pausa, hace un último pedido : “Queremos justicia. No queremos más muertos. Tengo una familia muy dolida. Cada día que pasa lo extrañamos y nos duele más. Si el Estado hubiera actuado a tiempo, no estaríamos enfrentando este dolor”.