A menos de dos años de los próximos comicios generales, la comunidad internacional ha decidido reforzar el blindaje institucional del Perú. Anticipando un escenario político complejo, la Unión Europea (UE) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en alianza con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), lanzaron oficialmente el proyecto «Prevención y Gestión de Conflictos Electorales en Perú».
Esta estrategia busca desplegar un escudo técnico y social que garantice que las elecciones de 2026 se desarrollen en un clima de paz y legitimidad, trabajando directamente con los tres entes rectores del sistema electoral peruano: el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec).
Dos frentes de acción
El proyecto se ha diseñado para abordar los desafíos electorales desde dos ejes estratégicos. El primero se enfoca en el fortalecimiento institucional, dotando a los organismos electorales de herramientas para la gestión de crisis y estrategias de comunicación efectivas. El objetivo es que las instituciones puedan responder con rapidez y claridad ante cualquier conato de inestabilidad.
El segundo eje apunta hacia afuera: el relacionamiento con la sociedad. La iniciativa promoverá espacios de diálogo entre los organismos electorales, los partidos políticos, los medios de comunicación y la ciudadanía. Este componente es vital para combatir uno de los mayores enemigos de la democracia moderna: la desinformación. Al reforzar el conocimiento sobre cómo funciona el proceso de votación, se espera elevar los índices de confianza pública.

Descentralizar la prevención
Entendiendo que la conflictividad social en Perú tiene dinámicas territoriales distintas, el proyecto incorpora un enfoque macrorregional. Las acciones no se limitarán a Lima, sino que se desplegarán en las cuatro macrorregiones del país, permitiendo identificar y mitigar riesgos específicos en cada zona antes de que escalen.
Alissar Chaker, representante residente del PNUD en el Perú, reafirmó el compromiso de la organización con la estabilidad del país:
“Trabajamos junto a nuestros socios estratégicos para contribuir a la salvaguardia de la integridad y legitimidad de los procesos electorales, fortalecer la confianza ciudadana (…) y reducir los riesgos de conflictividad, para que las elecciones se desarrollen de manera pacífica, transparente y plenamente democrática”.
Respaldo a la técnica electoral
Por su parte, el embajador de la Unión Europea, Jonathan Hatwell, destacó la madurez del sistema peruano, subrayando que el apoyo internacional se basa en el respeto a la soberanía institucional.
“El trabajo que realizamos se hace con un profundo respeto al pueblo peruano y a sus instituciones, especialmente las electorales, quienes siempre han sabido defender y respetar la democracia, y siempre han mostrado gran madurez, capacidad técnica e integridad”, señaló el diplomático.
Cabe destacar que el PNUD y la UE son socios globales en materia de asistencia electoral desde 2006, habiendo colaborado en más de 50 países. Ahora, esa experiencia global se pone al servicio del Perú para asegurar que el camino hacia el 2026 sea seguro y democrático.


