La pesquería del calamar gigante, conocido localmente como pota, es esencial para Perú, tanto por su impacto económico como por su importancia ecológica. Representa la segunda actividad pesquera más relevante del país después de la anchoveta y genera exportaciones significativas a mercados como China, España y Estados Unidos. Sin embargo, esta actividad enfrenta desafíos que requieren una gestión coordinada para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
“El proceso de formalización y el cierre del acceso a esta pesquería ha sido y sigue siendo uno de los principales retos al que nos enfrentamos. Más aún, cuando esta pesquería ha sido declarada por el Instituto del Mar del Perú (Imarpe) como plenamente explotada”, señala Elsa Vega, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesca Artesanal del Perú (Sonapescal), en entrevista con Inforegión.
“Hemos pasado de considerar a la pota como un recurso de oportunidad a convertirla en la pesquería artesanal más grande del Perú. Uno de los mayores desafíos es adaptar las políticas públicas y las normas vigentes a esta nueva realidad, reconociendo el papel crucial que desempeña la flota artesanal en la captura de este recurso”, añade.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la pesca de pota en Perú representa aproximadamente el 50% de los desembarques mundiales de este recurso. Entre 2010 y 2020, el desembarque promedio anual fue de 440 000 toneladas, alcanzando un pico de 556 000 toneladas en 2014. No obstante, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) y el fenómeno de El Niño provocan descensos en las capturas.
Esfuerzos por su sostenibilidad
Se han puesto en marcha diversas iniciativas para abordar estos problemas, entre los que destaca el Proyecto de Mejoramiento Pesquero (FIP). Esta iniciativa está orientada a cumplir con los estándares del Marine Stewardship Council (MSC), una reconocida certificación internacional de sostenibilidad.
El proceso es liderado por la Cámara Peruana del Calamar Gigante (Capecal), que agrupa a 17 empresas procesadoras y exportadoras, las cuales representan más del 50% del valor de las exportaciones de pota del Perú. Desde 2017, el FIP alcanzó un cumplimiento del 50%, con el respaldo técnico de WWF Perú.
“Es de vital importancia que demostremos como país que estamos invirtiendo esfuerzos en el manejo de nuestros recursos de forma eficiente y en armonía con los ecosistemas marinos”, destaca Gilary Morales, oficial de Proyectos de Mejoramiento Pesquero de WWF, a este medio.
La especialista enfatiza la importancia de este esfuerzo: «El mercado internacional de productos hidrobiológicos cada vez es más exigente en sus políticas de compra, demandando que las pesquerías de las que se abastecen sean gestionadas de forma sostenible y puedan demostrarlo».
Destaca que aún se requiere fortalecer la investigación del recurso, mejorar el monitoreo, control y vigilancia, actualizar el marco regulatorio y fortalecer la gobernanza a través de la revisión del Reglamento de Ordenamiento Pesquero (ROP). También subraya la necesidad de reducir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada mediante la finalización del proceso de formalización de embarcaciones y la restricción del esfuerzo pesquero.
Convenios estratégicos
En febrero de 2023, se logró un avance significativo con la firma de un convenio entre el Instituto del Mar del Perú (Imarpe), Capecal y la Asociación de Armadores Artesanales Pesqueros Mar de Paita (Apamarpa). Este acuerdo tenía como objetivo incrementar las investigaciones biológico-pesqueras del calamar gigante y fomentar la participación activa de los pescadores artesanales en la recolección de datos científicos.
Un año después, en colaboración con Capecal y Sonapescal, el Ministerio de Producción (Produce) suscribió a través de Imarpe otro convenio para incluir la aplicación de tecnología satelital y acústica. Esta medida tiene como finalidad optimizar la operatividad de la flota y reducir los impactos negativos en los ecosistemas marinos.
A través de este acuerdo, se pretende establecer prácticas pesqueras responsables que contribuyan a la conservación de la especie y fortalezcan la cooperación entre todos los actores involucrados.
Buscan actualizar el Reglamento de Ordenamiento Pesquero (ROP)
«Es crucial alinear nuestra pesquería con los estándares internacionales de sostenibilidad exigidos por los consumidores. Solo así podremos asegurar a quienes consumen nuestra pota en el mundo, que el Perú y su flota artesanal captura la pota bajo un enfoque sostenible. Actualizar el ROP es uno de los primeros pasos que nuestra pesquería requiere para ser altamente competitiva.» enfatiza la presidenta de Sonapescal.
La pesquería de pota cuenta con un ROP desde 2011, el cual no experimenta cambios normativos hasta la fecha. En respuesta a esta situación, Capecal y Sonapescal presentaron, a inicios de este mes, a Produce una propuesta conjunta para un nuevo ROP, con el objetivo de promover una gestión precautoria y sostenible del recurso.
“Durante muchos años, hemos insistido en una nueva propuesta de ROP sin ser escuchados por las autoridades de turno. Haber consensuado esta propuesta entre los gremios y la industria procesadora, y encontrarnos ahora en un escenario donde una nueva gestión del Produce parece dispuesta a escuchar a los principales actores, representa una oportunidad que debemos aprovechar para mejorar varios aspectos de nuestra pesquería emblemática”, destaca Elsa Vega.
La actualización del ROP contempla varios puntos clave como la derogación de disposiciones que vinculan la pesca de pota exclusivamente a la flota industrial. Además, se propone que la flota artesanal potera cumpla con requisitos como los títulos habilitantes y obligaciones legales, como tener permiso de pesca, certificado de matrícula, habilitación sanitaria, y equipos satelitales, entre otros. También se busca establecer normas que fomenten la participación ciudadana de todos los actores involucrados en la pesquería de pota.
Hacia un recurso sostenible
La pesquería de pota en Perú enfrenta desafíos significativos, pero los esfuerzos coordinados de diversos actores están orientados hacia su sostenibilidad. La actualización del ROP y la búsqueda de certificación MSC, que según Capecal se espera esté completamente alineada para fines de 2025, junto con la investigación continua, la formalización y la lucha contra la pesca INDR, son pasos fundamentales.
Este avance no solo garantizará la conservación de un recurso marino valioso, sino también la continuidad de una actividad económica vital para miles de familias peruanas y fortalecerá la posición del país en los mercados internacionales de productos pesqueros sostenibles. Los progresos hacia la sostenibilidad de la pesquería de pota pueden servir como ejemplo para otras industrias pesqueras en Perú y globalmente, demostrando que es posible equilibrar la prosperidad económica con la preservación ambiental.