En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad COP16, que se viene realizando en Colombia, el Pabellón Perú acogió el panel “Devida: Modelo Perú, desarrollo alternativo con rostro humano en armonía con la biodiversidad”. Este evento subrayó los esfuerzos del país por integrar la conservación del ambiente con la erradicación de cultivos ilegales y el fomento de economías lícitas sostenibles.
La discusión estuvo centrada en cómo el desarrollo alternativo puede ser un motor para la preservación de los ecosistemas amazónicos y la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones vulnerables.
El narcotráfico: enemigo de los ecosistemas y las comunidades
Raquel Soto, viceministra de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente del Perú, dio inicio al panel destacando el papel clave de la biodiversidad en la identidad del país y la conexión entre el desarrollo sostenible y la conservación. “La conservación debe caminar de la mano con el desarrollo de las poblaciones locales”, afirmó, subrayando cómo el narcotráfico, junto a la minería y la tala ilegal, representa una amenaza directa a los ecosistemas y las comunidades amazónicas.
Martín Villafuerte, gerente general de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), destacó que el narcotráfico no solo genera un daño ambiental profundo, sino que también socava la estabilidad social y económica de las comunidades afectadas. “Nuestro enemigo no es la droga ni quienes la producen, sino el modelo de negocio del narcotráfico”, subrayó. Villafuerte enfatizó que los cultivos de coca son responsables de una degradación significativa de los suelos, especialmente en zonas críticas de la Amazonía
Uno de los mayores retos, según explicó, es la deforestación vinculada al cultivo de coca, que tiene un impacto directo en la destrucción de ecosistemas. Señaló que el 75% de los cultivos de coca en Perú se localizan en áreas boscosas, lo que agrava los problemas de cambio climático y la degradación de la biodiversidad
Desarrollo alternativo: un modelo con rostro humano
El «Modelo Perú» fue presentado como una solución frente a los desafíos del narcotráfico, proponiendo un enfoque integral que prioriza el desarrollo sostenible de las comunidades afectadas. Este modelo busca transformar las economías ilícitas en lícitas mediante la diversificación productiva, la restauración de áreas degradadas y la promoción de la agroforestería. Villafuerte explicó que este enfoque incluye la gestión orgánica de suelos y la producción de abonos orgánicos, reduciendo el impacto ambiental de las actividades agrícolas.
El modelo no solo persigue beneficios económicos, sino que también promueve la mejora de la calidad de vida de las personas, la revalorización de los conocimientos ancestrales y el fortalecimiento de las organizaciones comunales. “No son beneficiarios, son socios en el desarrollo”, afirmó Villafuerte.
Experiencia internacional y productos sostenibles
Guillermo García, coordinador regional del Programa de Desarrollo Alternativo de la UNODC, ofreció una visión amplia de la problemática, subrayando que los cultivos ilícitos se concentran principalmente en Perú, Colombia y Bolivia. García destacó el grave impacto ambiental de estos cultivos en la Amazonía, señalando que en Colombia el 48% de los cultivos de coca se encuentran en áreas de alta relevancia ecológica, como parques nacionales y reservas indígenas, lo que acelera la deforestación en zonas protegidas y frágiles.
García también mencionó que el negocio del narcotráfico no se limita a la cocaína, sino que incluye una extensa red de transformación química que contamina severamente el suelo y el agua. En este sentido, destacó los esfuerzos del gobierno colombianos por promover productos alternativos y ambientalmente sostenibles como el cacao, la miel y otros productos amazónicos para sustituir los ingresos de los campesinos que antes dependían de la coca.
Cata de chocolates nativos
El panel culminó con una degustación de chocolates nativos peruanos, destacando el trabajo de las cooperativas Sankori de Satipo, Copaile de Loreto, y El Quinacho del Vraem. Aurelio Loret de Mola, maestro catador, presentó estos productos como ejemplos de cómo las economías alternativas pueden ser una solución sostenible y rentable para las comunidades que antes dependían de la coca.
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