En el Perú, el langostino es uno de los principales productos de exportación acuícola. Solo en 2024 generó más de USD 340 millones en ventas al exterior y alrededor de 30 mil empleos en Tumbes y Piura.
Sin embargo, el sector enfrenta desafíos sanitarios que pueden afectar su sostenibilidad y el acceso a mercados internacionales. Ante este escenario, la Autoridad Nacional de Sanidad e Inocuidad en Pesca y Acuicultura (Sanipes) presentó la Guía de Buenas Prácticas para el Uso de Antimicrobianos en la Crianza de Langostino Blanco, elaborada con apoyo de la FAO y financiamiento de Corea.
La resistencia antimicrobiana, un problema creciente
El uso inadecuado de fármacos en la acuicultura incrementa el riesgo de generar resistencia antimicrobiana. Según la FAO y la OMS, este fenómeno ya provoca 1.3 millones de muertes anuales en el mundo y podría causar hasta 10 millones en 2050 si no se adoptan medidas.
Mariana Escobar, representante de la FAO en Perú, señaló que el país mantiene un buen historial en inocuidad de productos pesqueros, pero advirtió que los riesgos son cada vez mayores. “Urge priorizar el uso responsable de antimicrobianos: clave para la salud pública, la sanidad animal y el acceso a mercados internacionales”, indicó.
Impacto en el comercio y la bioseguridad
El embajador de Corea en el Perú, Choi Jong-uk, recordó que su país concentra el 26 % de las exportaciones de langostino peruano. Sin embargo, advirtió que los brotes bacterianos en granjas representan un reto para la competitividad del sector. “Confiamos en que la Guía será clave para reforzar la sostenibilidad de la acuicultura langostinera”, afirmó.

La guía establece pautas para el uso prudente de antimicrobianos, con el fin de reducir residuos en los productos, evitar pérdidas económicas por rechazos comerciales y garantizar la bioseguridad en la producción.
Aplicación y próximos pasos
Sanipes precisó que la publicación se implementará inicialmente en granjas de Tumbes. Además, permitirá evaluar el cumplimiento de las normas sanitarias y verificar las medidas de gestión de riesgo aplicadas por las empresas acuícolas.
El documento forma parte del Proyecto Acuicultura Inteligente y Sostenible mediante Bioseguridad y Tecnología Digital (SAB), que busca aplicar herramientas como big data e inteligencia artificial para anticipar enfermedades y fortalecer la producción.
Una iniciativa pionera en la región
La guía es considerada un avance para América Latina y el Caribe, al proponer mecanismos de bioseguridad y monitoreo digital frente a riesgos sanitarios.
Con estas acciones, el sector langostinero peruano busca reducir el uso de antimicrobianos, mantener su acceso a mercados internacionales y asegurar la inocuidad de uno de los productos más importantes de su oferta exportadora.


