El próximo 17 de julio, el Parque Nacional Bahuaja-Sonene, ubicado en la regiones Madre de Dios y Puno, conmemora 28 años de creación. Esta zona protegida cuenta con una extensión de más de un millón de hectáreas. Sin embargo, es el área natural protegida con más hectáreas de hoja de coca en el país.
Según la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas, a través del Monitoreo de cultivos de coca 2023, el Parque Nacional tiene 5705 hectáreas de hoja de coca, tanto en su zona de amortiguamiento como en el área protegida.
Cifras en los años
En el año 2022, el Parque Nacional Bahuaja-Sonene contaba con 5861 hectáreas de cultivos de coca. En el último informe de Devida, estas cifras se redujeron a 5705 hectáreas. Sin embargo, si bien esto muestra una reducción, desde el 2019 hay un incremento de cultivos de hoja de coca.
Hace cuatro años, en el 2019, se reportaban 3713 hectáreas del cultivo. Un año después aumentó en un 30.4 %, llegando hasta las 4843 hectáreas de hoja de coca. En el 2021, la cifra también se elevó hasta las 5748 hectáreas.
Al año siguiente, en el 2022, el aumento no fue tan elevado como los años anteriores. De acuerdo al informe de la entidad, esta área natural protegida aumentó a 5861 hectáreas de cultivo de coca. En el 2023, esta cifra se redujo a 5705 hectáreas.
División por áreas
Estas 5705 hectáreas de coca se encuentran divididas en los distritos Inambari, en Madre de Dios, y en los distritos de Ayapata, Alto Inambari, San Pedro de Putina Punco, en la región Puno. En todas los distritos, a comparación del año pasado, las hectáreas de coca aumentaron a excepción de la zona de amortiguamiento en San Pedro de Putina Punco.
Este lugar, que concentra gran cantidad de hectáreas de hojas de coca, pasó de 4649 hectáreas a 4422. En el área natural protegida, que se encuentra en esta misma localidad puneña, pasó de 277 hectáreas a 288.
La persistencia de cultivos ilegales de hoja de coca plantea un desafío significativo para las autoridades. La reducción reciente en el número de hectáreas cultivadas es un paso positivo, pero es crucial continuar fortaleciendo las estrategias de control y vigilancia para revertir la tendencia de crecimiento observada en años anteriores.