El mundo conmemora hoy, 29 de septiembre, el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos (Día PDA) con un llamado urgente de la ONU a una acción coordinada. La FAO y el PNUMA han revelado cifras alarmantes que exponen una paradoja moral y ambiental: un tercio de los alimentos producidos anualmente se pierde o desperdicia, mientras que una de cada 11 personas en el mundo sufre hambre.
Este desperdicio global, que suma más de 2.300 millones de toneladas de alimentos perdidos o desechados, no es solo un problema ético. Es una de las causas más importantes del calentamiento global, al generar entre 8% y 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Según el Proyecto Drawdown, reducir el desperdicio de alimentos es, de hecho, la «solución climática más eficaz en función del costo» que existe.
El alto costo del desperdicio: De la cosecha a la casa
Los datos de la ONU demuestran que el problema abarca toda la cadena de suministro, aunque el mayor impacto recae en el consumidor:
- Pérdida (antes de la tienda): El 13% de los alimentos se pierde después de la cosecha y antes de llegar a los minoristas.
- Desperdicio (consumo final): Los hogares son responsables del 60% del desperdicio mundial de alimentos, un problema que se agrava en el comercio minorista y los servicios de comida.
La urgencia del llamado se intensifica al recordar que la Meta 12.3 de los ODS busca «reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial» para 2030. A solo cinco años del plazo, el cumplimiento de este objetivo requiere una acción coordinada y diferenciada en todos los sectores.
Llamado a la acción diferenciada y la economía circular
La campaña 2025 de la ONU enfatiza que ninguna entidad puede resolver el problema sola, por lo que lanza llamados específicos a cada actor:
- Gobiernos: Deben invertir en sistemas nacionales de datos para medir la pérdida y el desperdicio de alimentos (PDA), e implementar políticas con incentivos claros para la disuasión.
- Empresas: Se les exige transparencia en la cuantificación de sus datos sobre PDA, la maximización de la donación de excedentes y el uso de canales para sensibilizar al consumidor.
- Consumidores: Se les pide acciones directas como planificar las compras, prestar atención a las fechas de caducidad y compostar los desechos.
La solución no puede esperar más. No se trata solo de elegir entre la economía y el planeta, sino de entender que el desperdicio de alimentos es un acto de negligencia climática. Mientras las cumbres globales luchan por financiar soluciones multimillonarias, aquí tenemos la herramienta más potente y accesible: evitar que la comida termine en la basura.
Dejar que un tercio de la producción se pudra es quemar recursos, es condenar a millones a la inseguridad alimentaria y es emitir gases que están cocinando nuestro planeta. Es hora de dejar la pasividad. El llamado a la acción es para todos: Gobiernos, abandonen la inercia y legislen; empresas, actúen con transparencia y ética; y ciudadanos, conviértanse en agentes de cambio en sus propias cocinas.
Reducir el desperdicio es la acción climática que podemos emprender hoy mismo. Es nuestro deber moral y nuestra inversión más inteligente para un futuro donde la comida alcance para todos y el planeta pueda respirar. La emergencia es ahora, y la respuesta empieza en casa.
*En este día te invitamos a conocer Cirkula, una app que transforma el desperdicio de alimentos en restaurantes en una oportunidad sostenible.
