El Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) lanzó en Lima el informe «Beijing +30: Mujeres Indígenas en Acción» durante la conmemoración de su 25º aniversario. El documento presenta evidencia sobre los desafíos que enfrentan las mujeres indígenas a nivel mundial y documenta las soluciones que implementan desde sus territorios.
El informe se basa en contribuciones de mujeres y jóvenes indígenas de África, Asia, el Pacífico, las Américas y el Ártico, y presenta iniciativas que integran conocimientos ancestrales con ciencia y tecnología para abordar crisis climáticas, desigualdades estructurales y violencia sistémica.
Iniciativas documentadas por regiones
En América Latina, el documento destaca la creación del Ministerio de los Pueblos Indígenas en Brasil, liderado por Sonia Guajajara. En Colombia, las mujeres indígenas participaron en el Acuerdo de Paz de 2016 e impulsaron su inclusión en mecanismos de justicia transicional. En Perú, jóvenes intérpretes quechua trabajan para reducir barreras lingüísticas en tribunales.
El Ártico registra avances en gobernanza con la adopción del primer Plan Estratégico del Consejo del Ártico (2021-2030), que integra igualdad de género y conocimiento tradicional. En Finlandia y Suecia se establecieron Comisiones de Verdad y Reconciliación para abordar violaciones históricas contra el pueblo sámi.

En Asia, Filipinas reforzó la implementación de la Ley de Derechos de los Pueblos Indígenas, asegurando la entrega de Certificados de Títulos de Tierras Ancestrales. La región también fue clave para la adopción del Tratado de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual sobre Conocimientos Tradicionales en 2024.
Casos específicos de innovación comunitaria
El informe documenta casos específicos de innovación a nivel comunitario. En La Guajira, Colombia, las mujeres wayuu de la comunidad Koushalain desarrollaron el proyecto «Kattoui», que transforma bolsas de desecho en productos tejidos con técnicas ancestrales para generar ingresos y limpiar el territorio.
En Papúa Nueva Guinea, Florence Jaukae Kamel, conocida como «Bilum Meri», creó una red de 3,000 mujeres artesanas que producen bilum, un bolso tejido tradicional. También fundó la «Casa Azul», un refugio donde mujeres sobrevivientes de violencia aprenden oficios para lograr autonomía económica.
En Camboya, Reoun Heng, mujer bunong, organizó un mercado exclusivo para 100 vendedoras indígenas y luchó contra el acaparamiento ilegal de tierras sagradas, conectando defensa territorial con soberanía económica.

Desafíos y limitaciones de financiamiento
FIMI señala que las mujeres indígenas reciben apenas 1.4% del financiamiento global destinado a mujeres y niñas, pese a liderar soluciones efectivas para crisis globales. «Hablar de justicia climática es también hablar del acceso al financiamiento directo para Mujeres Indígenas, pese a ser las guardianas de nuestros territorios, solo el 1.4% de los recursos financieros globales llegan a nuestras manos», declaró Teresa Zapeta, directora ejecutiva de FIMI.
El informe documenta la violencia sistemática que enfrentan estas comunidades, citando como ejemplo la crisis en Canadá con más de 4,000 mujeres y niñas indígenas desaparecidas o asesinadas. También destaca la desprotección legal global, con solo 24 Estados que han ratificado el Convenio 169 de la OIT sobre derechos territoriales.
«Queremos ser parte de la toma de decisiones, y eso debe ocurrir si queremos cambiar el mundo tal y como es ahora», declaró Joan Carling, lideresa kankanaey de Filipinas.
Proyecciones hacia Beijing+30 y COP30
De cara a Beijing+30 y la COP30 en la Amazonía, FIMI demanda que estos espacios no sean solo de debate sino de decisión, donde se reconozca y financie el liderazgo de las mujeres indígenas. «El financiamiento debe llegar a las organizaciones de base y hacer incidencia con los gobiernos locales y regionales para alcanzar la aplicación de la RG39, y lograr su aplicación a nivel mundial», afirmó Tarcila Rivera Zea, fundadora de FIMI.
El Foro Internacional de Mujeres Indígenas articula organizaciones de siete regiones socioculturales del mundo y durante 25 años ha trabajado para visibilizar las luchas de las mujeres indígenas, desarrollar capacidades e impulsar su participación en espacios de toma de decisiones locales, nacionales e internacionales.


