El 6 y 7 de junio se celebrará el primer Congreso de Mujeres Asháninkas del Ene, impulsado por la organización indígena Central Asháninka del Río Ene (CARE). El encuentro tiene como objetivo analizar la participación política de la mujer en 45 comunidades de la cuenca del río Ene, en la provincia de Satipo. Además, pretende fortalecer su liderazgo y empoderamiento.
La lucha de las mujeres asháninkas es constante en esta zona del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). Actualmente, ellas enfrentan tensiones por la presión sobre el bosque y sus recursos, incrementada en las últimas décadas por las mafias madereras, los cultivos ilegales de hoja coca y los remanentes de Sendero Luminoso. Tales amenazas son parte de sus desafíos como lideresas y mujeres, especialmente contra la invasión de cocaleros y el narcotráfico.
«Nosotras, como mujeres indígenas, desde hace muchos años venimos enfrentando amenazas. En los años 80 y 90 hemos sufrido el terrorismo. Hoy seguimos teniendo amenazas como el narcotráfico y la tala ilegal en nuestro territorio, y seguimos luchando por nuestros derechos», señaló Yanet Velasco Castillo, miembro del Consejo Directivo de CARE.
Sumado a ello, en las comunidades nativas no se garantizan derechos básicos como la educación, la salud, la conectividad y muchos otros. En este contexto, las brechas en el acceso a derechos y oportunidades son mayores al tratarse de mujeres y aumentan si hablamos de mujeres indígenas. Ellas deben lidiar con un mundo externo y dominante que casi siempre es manejado por hombres.
Poca representación de la mujer indígena
Según la Defensoría del Pueblo, la participación de las mujeres en política sigue siendo baja. En las comunidades nativas de la Amazonía peruana, solo el 4% de las máximas autoridades son mujeres. En la cuenca del río Ene, de 45 comunidades, solo una tiene una jefa mujer, representando apenas el 2%. Un panorama que despierta la preocupación de la organización indígena CARE y, por ello, busca revertir esta situación.
«Durante muchos años, nuestras hermanas asháninkas de la cuenca del río Ene no fueron tomadas en cuenta y su participación en diferentes ámbitos políticos fue casi nula. Desde que asumimos el destino de nuestra organización CARE, nos hemos dado cuenta de que el aporte y liderazgo de nuestras hermanas es crucial; por ello, nos estamos empeñando en fortalecer sus capacidades de liderazgo y su participación en las tomas de decisiones», mencionó Ángel Pedro Valerio, presidente de CARE.
AMA-Ene: Acción Mujer Asháninka del Ene
El primer congreso de mujeres asháninkas en el río Ene busca ser un espacio intergeneracional de análisis, reflexión y debate sobre su situación actual. Durante dos días, se identificarán los retos que enfrentan, así como las exclusiones, discriminaciones y brechas en el acceso a derechos como la salud, la educación y la economía.
CARE indicó que uno de los objetivos del encuentro es «consolidar un movimiento que represente genuinamente a las mujeres asháninkas del Ene y su agenda». Además, se realizará un proceso de consulta sobre la creación de la «Acción Mujer Asháninka del Ene» (AMA-ENE). La formulación de esta estrategia aspira a ganar protagonismo en los espacios de toma de decisión comunal y empoderar a las mujeres para incidir ante el Estado en temas que las afectan.
Un futuro de igualdad y liderazgo
Este I Congreso de Mujeres Asháninkas del Ene representa una oportunidad histórica para que las mujeres se unan, compartan experiencias y fortalezcan su liderazgo. Este encuentro no solo es una plataforma para el empoderamiento, sino un paso hacia un futuro en el que ellas tengan una participación activa y decisiva en sus comunidades.
La iniciativa «AMA Ene» pretende generar reflexión, debate y toma de decisiones desde las propias mujeres. «Actualmente, de nuestras 45 comunidades, tenemos una jefa mujer, dos en la junta directiva de CARE y algunas otras en cargos comunales. Necesitamos seguir empoderando a más mujeres», concluyó Yanet Velasco Castillo.
