Iquitos acogerá del 1 al 3 de octubre la Cumbre Amazónica del Agua, un evento que reunirá a más de 300 personas provenientes de 10 países. La actividad es organizada por la Vicaría del Agua del Vicariato Apostólico de Iquitos y tiene como objetivo generar un espacio de diálogo frente a la crisis hídrica que afecta a diversas regiones amazónicas.
La cumbre buscará articular esfuerzos entre la ciencia, la fe y los pueblos indígenas, tomando como base los documentos Laudato Si y Querida Amazonia, de la Iglesia católica. Está prevista la participación de representantes de organizaciones como el CELAM, la REPAM, la Red Iglesias y Minería, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, la PUCP, CEAMA, el CAAAP, Forum Solidaridad, IDL, WCS, la Fundación Moore y Aguas Amazónicas.
Un evento en una ciudad con graves problemas de acceso al agua
Aunque Iquitos está rodeada por ríos, gran parte de su población enfrenta limitaciones para acceder al agua potable. Según datos locales, el 60,3 % de la población no cuenta con acceso continuo a este recurso, lo que obliga a muchas familias a obtener agua de fuentes contaminadas.
La situación es particularmente crítica en algunos asentamientos humanos, como 21 de Setiembre e Iván Vásquez, ubicados en el distrito de Punchana, que viven junto a un desagüe a cielo abierto. En estos casos, el Vicariato ha brindado acompañamiento legal y organizativo, lo que permitió que el Tribunal Constitucional emitiera un fallo favorable hace dos años, declarando violaciones graves a derechos básicos y ordenando al Estado una intervención estructural.

Objetivos y resultados esperados
La cumbre tiene entre sus principales objetivos:
- Visibilizar los impactos ambientales sobre los ecosistemas acuáticos, afectados por actividades como la extracción de petróleo, deforestación, represas y minería ilegal.
- Promover una colaboración social y eclesial para defender los ríos y el derecho al agua.
- Fortalecer una cultura del cuidado del agua, especialmente en contextos urbanos donde el acceso es limitado.
Entre los resultados esperados se incluye la creación de una red de defensa del agua, el lanzamiento de un programa formativo para niños y jóvenes, y la elaboración de un documento de demandas que será presentado en foros nacionales e internacionales.
Cierre con declaración conjunta
El evento culminará con la lectura y aprobación de una declaración final que recogerá reflexiones y propuestas concretas de acción frente a la crisis hídrica en la cuenca amazónica. Esta declaración busca servir como una hoja de ruta común para instituciones y comunidades involucradas.
El obispo de Iquitos, Miguel Ángel Cadenas Cardo, destacó la dimensión ética del problema:
“El bien común implica cuidar el medio ambiente; los ríos son vitales para la seguridad alimentaria. La Cumbre Amazónica del Agua busca conectar a personas e instituciones que comparten la misma preocupación, promoviendo acciones conjuntas para proteger este recurso esencial”.
Asimismo, se refirió al caso de los asentamientos sin acceso a agua ni saneamiento: “Cumplir con el mandato del Tribunal Constitucional es una obligación moral para reducir enfermedades y sufrimiento, y evitar pérdidas económicas significativas”.


