MADRE DE DIOS. Eduardo Galindo, director del proyecto REDD+ Castañeros de Bosques Amazónicos (BAM), repasó los logros obtenidos en Madre de Dios. Así lo hizo en entrevista para Inforegión a propósito de la reciente difusión de un informe que registra sus acciones más exitosas para el 2023.
“Trabajamos por un objetivo ideal en el mundo, que es proteger el bosque, no perderlo. Nos toca el honor de estar en esa trinchera, combatiendo todos los días de la mano con nuestros socios castañeros”, afirma.
Datos básicos
El proyecto tiene 15 años. Se desarrolla en la región Madre de Dios, básicamente a lo largo a ambas márgenes de la carretera interoceánica en dirección hacia la frontera con Brasil. Al respecto, Galindo destacó dos puntos. El primero es su propia naturaleza. Es decir, persigue la reducción de emisiones evitando la degradación y la deforestación del bosque. Se conservan estas superficies boscosas y la vida que engloban.
«Tiene un contenido social muy fuerte. La estructura de nuestro proyecto nos lleva a trabajar con los concesionarios forestales de castaña. Entonces trabajamos con 700 familias. Y empieza a ser una responsabilidad del proyecto el bienestar de cada una de ellas», añadió.
Logros exitosos
Galindo citó que el logro principal es preservar el bosque y trabajar en ello con más de 700 familias castañeras. «Protegemos más de medio millón de hectáreas de bosque, lo cual nos convierte en un actor bastante importante en nuestro país. Esto teniendo en consideración que casi el 60% de su superficie es bosque», resaltó.
También evitan la pérdida de 2500 hectáreas de bosque por año. «Lo logramos en base al trabajo de generar unidades llamadas créditos de carbono que finalmente comercializamos en el mercado voluntario. Este es un proyecto privado trabajado con la empresa privada, en este caso BAM, en contrato directo con 700 concesionarios forestales».
Agregó que generan sus propios ingresos y en base a eso reparten utilidades, que denominan beneficios económicos. «Eso lo hacemos tres veces al año con nuestros socios. Esto nos ha valido entregar a lo largo de la vida del proyecto un poco más de US$ 10 millones a nuestros beneficiarios», resaltó.
«El impacto es tal que de 400 socios iniciales hoy contamos con 700. Hay 300 concesionarios que se han plegado y todavía hay concesionarios castañeros interesados en formar parte del proyecto. Eso creo que habla bastante bien del trabajo que venimos desarrollando». Así se expresó nuestro entrevistado al destacar el interés creciente que genera el proyecto.
Contacto directo con los socios
Galindo anotó que se tiene un contacto directo con los socios. Se implementan talleres semanales en los 12 o 13 centros poblados en donde se congregan la mayor cantidad de ellos. «Acudimos atendiendo sus necesidades, llevando el mensaje del proyecto, capacitándolos en técnicas y en tecnología destinada a la defensa del bosque e implementando talleres sobre incendios forestales y recogiendo sus opiniones», acotó.
Se implementan con ellos diversos programas. Por ejemplo, para la conservación del bosque o la mejora en sus ingresos económicos. Al respecto, se desarrollan proyectos agroforestales en el aprovechamiento del fruto de las palmeras, el aguaje o el ungurahui. A ello se añade el tema también educativo. «Estamos, por primera vez, otorgando becas universitarias a los hijos o los nietos de nuestros socios para que puedan continuar sus estudios», destacó.
Conservación de los bosques
«Nuestro principal aliado y el principal eslabón en esta cadena de conservación es el socio. Es el concesionario castañero. Él es el primer eslabón y el más importante en la cadena de conservación. Es quien vive en el bosque, el que está pendiente y es el que nos avisa sobre cualquier inconveniente que pueda ocurrir en su concesión», sostuvo Galindo.
Añadió que poseen un sistema de monitoreo, control y vigilancia para analizar imágenes satelitales. Usan las generadas por el Estado peruano (Geo bosques) y las de plataformas en el mundo que se dedican a ello como Global Forest o la NASA. Con ello, tienen una aproximación muy cercana para saber qué sucede en cada concesión.
«Eso nos permite implementar una estrategia para poder involucrar inmediatamente a las autoridades competentes para que actúen conforme a la ley. Y de esta manera se puedan evitar o detener amenazas al bosque», refirió.