UCAYALI. La comunidad nativa de Koshireni, ubicada en la cuenca del río Yurúa, en la frontera entre Perú y Brasil, es hogar de siete familias yaneshas y asháninkas. Forma parte de la Asociación Comunal de Conservación de Yurúa (ACCY), dedicada a la gestión y conservación de más de 40 000 hectáreas de bosque que protege la Concesión para la Conservación Yurúa.
Sus habitantes migraron de regiones de la selva central del Perú y mantienen la herencia cultural entrelazada con la biodiversidad única de la región. Imelina Benavides, una de estas migrantes, nació en la comunidad yanesha de Loma Linda (Pasco), llegó a Koshireni en 2012 por invitación de su padre y decidió convertir este lugar en su hogar.
«Mis hermanos me preguntan por qué estoy tan lejos; no es fácil salir de Koshireni, pero este lugar me gusta. Mis hijos están correteando, tienen el campo libre, muy diferente a la ciudad», comenta Imelina.
Sin embargo, la vida en Koshireni no está libre de dificultades. Las invasiones por parte de taladores y pescadores de comunidades vecinas han puesto en peligro el acceso a recursos, y la falta de servicios básicos ha forzado a muchas familias a emigrar.
Actualmente, solo tres familias residen permanentemente en Koshireni. Esta realidad hizo que la elaboración de un Plan de Vida sea no solo una prioridad, sino una necesidad para asegurar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
El camino hacia el Plan de Vida
El Plan de Vida es un reflejo de los valores y aspiraciones de la comunidad. Entre los temas prioritarios se encuentran la protección del territorio frente a invasiones, la mejora de los servicios básicos y la creación de oportunidades económicas sostenibles como la agricultura, la crianza de animales, la pesca y la artesanía.
“Los planes de vida son instrumentos de gestión que permiten planificar y establecer una ruta de mejora y desarrollo para las comunidades. Este documento muestra cuál es el camino que deben seguir y contribuye a la gobernanza interna de las comunidades, pero también a una gobernanza externa con otras organizaciones, incluyendo entidades del Estado, mostrando su visión a futuro de la gestión de su territorio”, destaca Mirko Ruiz, coordinador Senior de Género y Salvaguardas de Conservación Internacional Perú.
Imelina se convirtió en una líder emergente dentro de su comunidad. Su participación en el Programa de Mujeres Indígenas de la Amazonía le dio las herramientas necesarias para liderar la elaboración del Plan de Vida de Koshireni. «No solo soy representante de la junta directiva como secretaria, sino también como mujer indígena represento a las demás mujeres de mi comunidad», afirma.
Proyección en Koshireni
La creación del Plan de Vida de Koshireni no ha sido un proceso sencillo. Desde la asamblea comunal que decidió iniciar este proyecto, la comunidad trabaja de manera coordinada para definir sus prioridades y metas para los próximos 10 años.
Imelina juega un papel crucial motivando a sus vecinos a participar activamente y asegurando que las voces de las mujeres, jóvenes y niños sean escuchadas. «Este documento nos servirá para desarrollar planes de trabajo en temas importantes como salud, economía sostenible, participación de la mujer y gestión territorial», explica Imelina.
Además, detrás del éxito en la elaboración del Plan de Vida de Koshireni se encuentra el apoyo técnico de organizaciones como Yunkawasi, que han brindado asesoramiento y seguimiento a la comunidad en este proceso.
Durante el último año, Koshireni logró apalancar un fondo adicional, con el objetivo de empezar a implementar las acciones y metas propuestas en su plan de vida. Este fondo fue otorgado por la organización Fondo Socioambiental del Perú y permitirá el fortalecimiento de la actividad artesanal de la comunidad.
El esfuerzo de Imelina
“He sido testigo de cómo poco a poco Imelina ha afianzado su capacidad de liderazgo, dejando atrás inseguridades y fortaleciendo sus capacidades para el bienestar de su comunidad”, señala Teresa Salas, coordinadora Técnica de Campo de la Asociación Civil Yunkawasi
«Al principio me sentí nerviosa, pero feliz. La socialización con los aliados me generó temor, el salir y hablar en público», confiesa Imelina. Sin embargo, gracias al apoyo recibido, por parte del Programa de Mujeres Indígenas de la Amazonía logró superar esos miedos. «Las capacitaciones me han ayudado, me siento más fortalecida, he aprendido mucho y sé que las mujeres también pueden liderar estos procesos», añade.
Un futuro brillante para Koshireni
La visión de Imelina para Koshireni es clara: un futuro en el que la comunidad sea un ejemplo de desarrollo sostenible, donde sus habitantes puedan vivir en armonía con su entorno, preservando sus costumbres y tradiciones. «Ahora tenemos un local de control y vigilancia, donde realizamos patrullajes de nuestro territorio».
Este amor por su tierra se refleja en su compromiso con la conservación y en su apoyo a la presidenta de la Asociación de Artesanos Arankom, compuesta por ocho mujeres y cinco varones. «Postulamos a nuevos fondos y ahora tenemos una casa del artesano. Estamos buscando alianzas para ver dónde y cómo vender nuestras artesanías fuera de Breu», expresa con entusiasmo.
“Podemos decir que ahora Koshireni ya cuenta con una herramienta de planificación, que les permite establecer con claridad su visión, sus deseos, sus anhelos, los cuales les permitirán aportar a una mejor condición de vida”, señala Teresa Salas.
El trabajo de Imelina Benavides en la comunidad de Koshireni no solo es un testimonio de su dedicación, sino también un ejemplo del poder transformador que las mujeres indígenas pueden tener cuando se les brinda el apoyo necesario. A través del Plan de Vida de Koshireni, Imelina está ayudando a su comunidad a forjar un futuro próspero y sostenible, donde las generaciones futuras puedan vivir en armonía con la naturaleza y su herencia cultural.
Mujeres en conservación
Mujeres en Conservación es una iniciativa liderada por Conservación Internacional Perú que apoya el liderazgo femenino a través de un fondo dedicado destinado a generar oportunidades y fortalecer el liderazgo de mujeres de comunidades locales e Indígenas que están contribuyendo con soluciones al cambio climático.
Como parte de esta iniciativa está el Programa de Mujeres Indígenas de la Amazonía, que respalda proyectos como los de Imelina Benavides, y que también pone en valor el conocimiento y tradiciones indígenas. A la fecha son ya más de 63 mujeres indígenas y 9 mujeres ubicadas en el ámbito del área protegida del Bosque de Protección Alto Mayo, que se han visto fortalecidas por esta iniciativa.
Por: Conservación Internacional