La cuenca del río Huallaga enfrenta un grave problema de contaminación. Según un informe de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), se han identificado 351 fuentes contaminantes en sus ríos y quebradas. Estas se deben principalmente a actividades humanas, como el vertimiento de aguas residuales, la disposición inadecuada de residuos sólidos y prácticas nocivas como el lavado de vehículos y ropa directamente en los cauces naturales.
De las fuentes contaminantes, 319 corresponden a aguas residuales, 19 a residuos sólidos y 13 a sustancias provenientes del lavado de vehículos y ropa. Estas prácticas alteran la calidad del agua y ponen en riesgo los ecosistemas acuáticos y la salud de las comunidades locales.
Impacto regional y medidas iniciales
El problema afecta a las cinco administraciones locales de agua (ALA) que conforman la Autoridad Administrativa del Agua Huallaga: Alto Huallaga (60 fuentes contaminantes), Tingo María (115), Huallaga Central (104), Alto Mayo (21) y Tarapoto (51).
Para enfrentar esta crisis, la ANA ha iniciado un plan estratégico que incluye talleres de sensibilización dirigidos a representantes municipales, juntas administradoras de servicios de saneamiento (Jass) y otros actores locales. Estas capacitaciones han contado con el apoyo de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) y del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), y buscan fortalecer la fiscalización y la gestión ambiental en las áreas afectadas.
Recomendaciones
El informe de la ANA destaca la urgencia de que los municipios implementen sistemas operativos para el tratamiento de aguas residuales. Actualmente, muchas localidades vierten directamente estas aguas al río sin ningún tipo de procesamiento, mientras que otros sistemas existentes están inoperativos.
Asimismo, se recomienda a las administraciones locales notificar y sancionar a los responsables de las infracciones, como el vertimiento no autorizado de residuos sólidos y desmontes en las riberas de los ríos.
El plan contempla también la supervisión de empresas que utilizan aguas residuales tratadas, asegurando que cumplan con las autorizaciones correspondientes. Estas medidas buscan mitigar el daño ambiental y evitar la pérdida de la capacidad de uso del agua en la cuenca del Huallaga.
Proceso de trabajo
El informe de la ANA es resultado de un extenso trabajo de campo realizado entre agosto y noviembre de 2022, siguiendo lineamientos establecidos para identificar fuentes contaminantes. Durante este periodo, se recolectaron muestras y se contrastó información con autoridades locales y la sociedad civil. Los hallazgos obtenidos subrayan la necesidad de articular esfuerzos interinstitucionales para salvaguardar los recursos hídricos de esta región.