Un estudio internacional ha revelado que los humedales tropicales degradados se convierten en importantes emisores de óxido nitroso (N₂O), un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono. Esta situación ocurre cuando estos ecosistemas pierden su equilibrio hídrico natural, debido al drenaje o a cambios en el nivel freático.
A diferencia del metano, cuyas emisiones tienden a disminuir cuando el suelo se seca, el óxido nitroso muestra un comportamiento distinto. Los investigadores hallaron que este gas se libera con más intensidad cuando el suelo se encuentra en un estado de humedad intermedia, donde la materia orgánica rica en nitrógeno comienza a descomponerse.
Loreto en el mapa global del cambio climático
Los datos del estudio provienen de diversas regiones tropicales, incluidas zonas de Sudamérica, África y el sudeste asiático. En el caso de Perú, las mediciones se realizaron en una turbera de aguajal cerca de Iquitos, en Loreto. Esta área forma parte de los bosques inundables de Quistococha y es monitoreada por el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP).

Con sensores instalados en torres de monitoreo y cámaras estáticas, el equipo científico pudo registrar con precisión el intercambio de gases entre el suelo, la vegetación y la atmósfera en estos ecosistemas. La infraestructura en Loreto resultó clave para entender cómo varían las emisiones en distintas condiciones de humedad.
Humedales en riesgo, planeta en riesgo
El estudio concluye que las turberas tropicales degradadas no solo pierden su capacidad de absorber carbono, sino que se convierten en fuentes activas de gases de efecto invernadero. “La alteración de las turberas, ya sea mediante drenaje o cambios en el nivel freático, aumenta no solo las emisiones de CO₂, sino también las emisiones de N₂O”, señala el informe.
Este hallazgo refuerza la urgencia de conservar estos humedales en su estado natural. Mantener su humedad permanente no solo protege la biodiversidad, sino que también ayuda a mitigar el cambio climático al reducir las emisiones y conservar su función como sumideros de carbono.
Los resultados científicos respaldan la necesidad de establecer políticas de protección más estrictas para los humedales tropicales, particularmente en regiones como la Amazonía peruana. La investigación evidencia que incluso una alteración parcial del equilibrio hídrico puede tener consecuencias globales, debido al potente impacto del N₂O en la atmósfera.


