Alumnos de la institución educativa Agropecuaria Marino Meza Rosales, en la región de Huánuco, desarrollaron un biohuerto escolar que les permite cultivar hortalizas como rabanitos, lechugas y espinacas. Estas actividades no solo benefician su alimentación, sino que también generan ingresos al comercializar los productos en mercados locales, informó el director de la UGEL Huánuco, Francisco Pérez Naupay.
Pérez Naupay destacó la importancia del proyecto, a pesar de las limitaciones de infraestructura. «Aún con sus carencias, los estudiantes siguen gestionando espacios productivos, como su biohuerto, además de trabajar en actividades como la apicultura y la crianza de cuyes», afirmó. Sin embargo, señaló que la escuela necesita una renovación completa de su infraestructura para mejorar las condiciones educativas.
Enseñanzas para la vida
El biohuerto escolar provee alimentos tanto para los estudiantes, además de generar autosostenibilidad en el proyecto. Los estudiantes comercializan los productos que cultivan, lo que les permite cubrir algunos gastos y adquirir conocimientos prácticos sobre el manejo de un emprendimiento. Todos los cultivos se producen de manera orgánica, sin utilizar insecticidas ni químicos.
Entre los cultivos que se cosechan destacan el rabanito, la lechuga, la beterraga y la cebolla. Estas hortalizas son cultivadas con métodos naturales, y los estudiantes han aprendido a replicar estas técnicas en sus propios hogares, utilizando maceteros reciclables.
Pérez Naupay también enfatizó la necesidad de fortalecer la educación ambiental en las escuelas, especialmente ante el aumento de incendios forestales en el país. «Estamos viendo la estrategia de que en las escuelas deben utilizar una guía significativa en su sesión de aprendizaje con este tema de incendios forestal y de concienciación del medio ambiente», concluyó.
