La riqueza de nuestro país reside en su diversidad, y las mujeres indígenas u originarias desempeñan un rol fundamental en este contexto. Un claro ejemplo de ello es la Asociación de Artesanas Sanken Beka de la comunidad nativa Santa Rosa, que agrupa a 18 emprendedoras en el distrito de Padre Abad, provincia de Padre Abad, en Ucayali. Estas mujeres están contribuyendo significativamente al desarrollo de su comunidad.
La asociación se formó hace un año con el apoyo de la Alianza por la Amazonía de Cedro y USAID Perú. En la actualidad, a través de sus prácticas ancestrales, estas mujeres consiguen de forma sostenible los insumos para sus artesanías, además que impulsan la economía local. El trabajo de las artesanas es un ejemplo inspirador de compromiso con la preservación y promoción de la cultura y el patrimonio de sus comunidades.
Plan de negocio
A través del Programa de Compensaciones para la Competitividad (Agroideas), del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), la organización de mujeres logró obtener un plan de negocio valorizado en S/123 750 para mejorar la producción y comercialización de sus artesanías. Este plan incluye la adquisición de materiales e insumos para bisutería y telares, máquinas de coser, un vehículo de acopio de carga y asesoría para el fortalecimiento y comercialización de sus productos, entre otras acciones.
“Antes, como mujeres, nos dedicábamos solo a la cocina y a atender a nuestros esposos. Ahora, con nuestros productos, participamos en ferias, contribuimos a la economía de nuestras casas y mostramos el trabajo de nuestra comunidad y nuestra artesanía ancestral. Este impulso que estamos recibiendo es muy importante para nosotras”, manifestó Jenny Amasifuen, socia de Sanken Beka.
Productos de la asociación
Lucila Ramírez Cauper, presidenta de la asociación, explicó que Sanken Beka elabora una variedad de productos como vestidos, mantas, blusas y bisutería. “Usamos diseños netamente shipibos para fortalecer nuestra identidad y mejorar nuestra calidad de vida, así podemos apoyar a nuestras familias y nuestros hogares, generando un ingreso adicional”, afirmó.
Ramírez también mencionó que los colores de sus prendas se obtienen de la corteza de los árboles y que del bosque recolectan semillas como el huayruro para adornar sus artesanías. «El bosque es importante, especialmente el Parque Nacional Cordillera Azul. Al principio, la comunidad tenía muchas ideas negativas, pero con el tiempo hemos cambiado nuestra forma de pensar al ver los beneficios que esto trae para todos. Para conservar nuestra riqueza natural, la flora y la fauna”, recalcó.