Mientras aún lidiamos con las secuelas del fenómeno de El Niño Costero, dentro de poco experimentaremos otro evento aún más desafiante: El Niño Global. Según los meteorólogos, este nuevo fenómeno inició hace poco con el calentamiento de la temperatura global. Sin embargo, los cambios más notorios se sentirán en el verano, aunque se desconoce qué tan fuertes podrán llegar a ser.
Los pronósticos más recientes dicen que habrá lluvias escasas en la sierra central y sur del país. El impacto del déficit hídrico alcanzaría a 12 regiones, según el último informe del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (CENEPRED) de septiembre. Esto pone en riesgo muy alto a cerca de 4 millones de personas que habitan en 544 distritos declarados en emergencia.
Estos efectos podrían potenciarse con las actuales condiciones que atraviesan las regiones que presentaron deficiencia de lluvias y sequías en el verano pasado (setiembre de 2022 – abril de 2023). Según el informe, al menos 21 ríos registran caudales con anomalías por debajo de lo normal y lagos como el Titicaca (Puno) y Chinchaycocha (Junín) han descendido a niveles históricos.
El meteorólogo José Luis Ticona, del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) en Arequipa, explica que actualmente se encuentran en desarrollo El Niño Costero y El Niño Global. El primero inició a comienzos de 2023 y se manifestó con lluvias intensas en la costa norte del país. Mientras que el segundo comenzó a registrarse entre junio y julio, luego de registrarse un aumento de la temperatura.
“El Niño no solo puede traer deficiencia de lluvias o sequías, sino también lluvias muy intensas en la zona media y baja”, dijo Ticona sobre las principales amenazas que puede provocar este fenómeno.
El fenómeno de El Niño se produce por el calentamiento extremo de las aguas del océano Pacífico. El Niño Costero se caracteriza por impactar, especialmente, la costa norte del país. A diferencia de El Niño Global, que muestra alteraciones climáticas a mayor escala, con lluvias intensas, pero también con fuertes sequías.
Alimentos en alza empujan al contrabando
Uno de los mayores efectos de El Niño se centra en la producción de alimentos. En los últimos meses, distintas regiones experimentaron una escasez de alimentos y un alza de precios que propició el ingreso ilegal de productos a nuestro país, como es el caso de la cebolla.
El principal productor nacional, Arequipa, que concentra el 70% del cultivo de cebolla, redujo su rendimiento hasta un 20.3% a comparación del año anterior, según cifras del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri). Para el mes de julio de 2023, la producción alcanzó 35 mil 345 toneladas, menos que el 2024 que fue de 44 mil 332 toneladas.
Ramiro Lazo, un agricultor de los valles de Arequipa, cuenta que la escasez disparó el precio de la cebolla a valores sin precedentes. Pasó de costar S/2.50 a S/ 8.00 soles el kilo en los mercados. Y la razón principal se debe a que gran parte de los agricultores dejaron de cosecharla debido al incremento de la temperatura, afirma Lazo, quien es además directivo de la Junta de Usuarios del Río Chili.
“Nosotros estamos acostumbrados a llegar a 20 y 22 grados de temperatura en estas épocas, pero ahora, hay días que llega a 28 y 30 grados. Esa variación de temperatura le afecta a la planta”, dice.
Por ejemplo, en el valle de Acarí, la producción solía llegar a 60 mil kilos por hectárea, pero hoy en día apenas se recoge 5 a 6 mil kilos. “Así, se ha ido manteniendo y desabasteciendo el mercado”, agrega el agricultor. A eso hay que sumarle que en las últimas campañas no hubo fertilizantes ni urea, por lo que la producción ha sido cada vez más limitada.
Sin embargo, los agricultores esperaban asegurar la cadena de abastecimiento con el ingreso de cebolla del norte del país, cosa que no sucedió por causa del ciclón Yaku que ocasionó inundaciones y destruyó sembríos.
“El último ingreso de cebolla fue del valle de Camaná que se realizó hasta mayo. Luego se esperaba la cebolla del norte, pero el ciclón Yaku desestabilizó la producción. La baja producción empezó desde marzo que se calentó más el clima”, expresa Lazo.
Según el agricultor, esta misma situación pasa con el limón, el tomate y dentro de poco lo será con la papa, ya que se empezó muy temprano a arar los cultivos por la presencia de plagas que ha traído el cambio climático.
Esta alza de precios y la escasez originó que los comerciantes importen cebolla de otros países, pero sin las regulaciones ni los requisitos sanitarios. El pasado 8 de septiembre se decomisó 6494 kilos de cebolla boliviana que eran transportados en 110 sacos en un camión en la vía de ingreso a la ciudad.
El director del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) en Arequipa, Waldo Cornejo, dijo a La Red que el producto no contaba con registro sanitario, por lo que debía ser destruido, ya que representa un riesgo por posibles plagas.
Tal fue la demanda de cebolla que delincuentes aprovechaban para robar los cargamentos que eran transportados a otras ciudades. Una de las víctimas fue un agricultor del valle de Camaná que perdió su producto camino a Lima. Unos asaltantes atacaron al conductor de un camión llevándose los sacos de cebolla. Días más tarde, la policía encontró el camión ocultó en un garaje, pero sin los sacos de cebolla, cuenta Ramiro Lazo.
Ante esta situación, los agricultores han pedido que se controle el ingreso de alimentos por los impactos que puede traer a la agricultura regional. Por su parte, Senasa ha señalado que aumentarán la vigilancia en las fronteras para erradicar el contrabando de alimentos.
Pero más allá del cultivo de cebolla, el gerente de Agricultura, José Paredes, afirma que se redujo en más de 15% el área de siembra en toda región debido a la escasez hídrica. Esta se profundiza aún más en los valles de Caravelí, Acarí, valle de Tambo, donde no disponen de reservorios de agua como otros valles.
Aunque Daniel Lozada, de la Sociedad Agrícola de Arequipa (SADA), afirma que la reducción llega incluso a 40 hasta 50% por falta de planes y proyectos para construir nuevas represas y por las excesivas filtraciones en el gran canal de Majes que pone en peligro más de 28 mil hectáreas.
Puno: Familias y animales sufren por disminución del Lago Titicaca
El mayor impacto de la sequía se refleja en el Lago Titicaca, en Puno, y puede agudizarse aún más con El Niño. El nivel del agua disminuyó más de 44 centímetros de altura, según Senamhi. La impresionante reducción afecta a los lugareños, el turismo, la pesca y el ecosistema.
Julio Vilca, ex alcalde del Centro Poblado de los Uros Chulluni, sostiene que
700 familias que viven en las islas flotantes evalúan trasladarse a aguas más adentro ya que no hay pesca ni caza de aves y solo dependerán del turismo.
“Si el descenso continúa, se podrá llegar caminando a las Islas de los Uros», se atreve a decir Vilca sobre la grave crisis hídrica que afronta el Titicaca.
Por su parte, el administrador del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), Grover Idme Hañari, señala que la fauna silvestre también se ve afectada. El descenso de agua perjudica a especies como la rana gigante que se alimenta y coloca sus huevecillos en los totorales. Asimismo, otros animales como el puma, el suri y la vicuña padecen por la poca agua en los bofedales.
La sequía también perjudicará el abastecimiento de agua potable. Luis Aguilar Coaquira, gerente general de la Empresa Municipal de Saneamiento Ambiental (Emsa) Puno, dijo que se reducirá a la mitad el tiempo de servicio que prestan al 75% de la población. Los tres puntos de captación: Chumi, Totorani y Aracmayo tienen caudales bajos y los más afectados serán los habitantes de las zonas altas.
Por su parte, Brigida Curo Bustinza, representante de la Federación Departamental de Campesinos de Puno señala que la sequía que se registró a principios de año provocó que no haya semillas de papa, quinua, trigo y cebada suficientes para el sembrío. Asimismo, para el mes de septiembre, no se contaba con semillas para la siembra de oca, isaño y papalisa, cultivos característicos de la región.
De igual manera, Curo afirma que la crisis hídrica tiene efectos más fuertes que antes. «Antes nuestros hermanos campesinos excavaban un pozo de 2 metros de profundidad y salía el agua, pero ahora deben cavar hasta más de 5 metros«, dice.
Con la sequía agravada, los agricultores tendrán que dedicarse a otras actividades para subsistir. En ese aspecto, el presidente de la Cámara de Comercio y la Producción de Puno, Francisco Aquise Aquise, estimó que un 30% de la población rural migrará a diferentes ciudades del país ante la falta de empleo e ingresos económicos, tal como sucedió en el 2017.
Cusco y Junín: sin agua para la población y el agro
Las cuencas y reservas de agua también afrontan una crisis hídrica grave, en especial en Cusco y Junín. Por ejemplo, los ríos Shullcas y Cunas, que abastecen al agro del valle del Mantaro en la región Junín, presentan un déficit hídrico de 20 millones de metros cúbicos (MMC) en total, según la Autoridad Nacional del Agua (ANA).
La subcuenca del río Shullcas tiene 5 MMC menos de agua y esto ya afectó la campaña agrícola de este año. Las primeras siembras que se suponía iban a ocurrir en julio, aún no se han producido. Así lo declara Victoria, una agricultora que cada 1 de julio sembraba una hectárea de maíz amiláceo para choclo. Este año no pudo hacerlo.
Recién en setiembre empezó a preparar el terreno, con la esperanza de que comiencen a caer las primeras lluvias y se incremente las reservas de agua que nutren el río Shullcas. Para paliar el déficit, abrirán las compuertas de las lagunas Lasuntay, Chuspicocha, Yanacocha y Huacracocha, ubicadas en el nevado del Huaytapallana.
En el caso de la subcuenca del río Cunas, el déficit es de 173 MMC, lo necesario para irrigar 22 mil hectáreas de terreno cultivable. El ingeniero José Huamán Piscoya, quien elaboró un estudio para el ANA, dice que la cuenca “es rica en producción de recursos hídricos, que bien manejada puede atender casi toda la demanda”, pero eso no ocurre.
En tanto, en Cusco, “la sequía es un hecho real”, señalan especialistas. Una de las fuentes más importantes es laguna Piuray que abastece de agua a la población, en especial, al Centro Histórico de la ciudad. Actualmente, presenta un descenso histórico, dice Juan Figueroa, presidente del directorio de SEDA Cusco. “Su descenso por día es de medio centímetro”. Si se multiplica por las 600 hectáreas que ocupa, el descenso diario equivale a unos 30 mil metros cúbicos.
El nivel de agua de la laguna de Piuray ha variado 8 metros de altura en 14 años. Con base en los reportes, Figueroa señala que en 1999 su descenso fue 3 metros y en 2013 aumentó otros 5 metros, con un comportamiento cíclico. La causa es el periodo seco que enfrenta la región que se evidencia en las principales fuentes. Sin embargo, para los dirigentes de la microcuenca Piuray, en realidad el descenso de volumen es el triple y la causa es la filtración que hay en la compuerta de la laguna.
Para asegurar el consumo humano, se ha tenido que trasvasar agua del acuífero del sistema de Vilcanota al acuífero de Pilipampa, afirma Cesar Paniagua, gerente de Operaciones de Seda Cusco. Asimismo, reformar los proyectos para asegurar la dotación de agua.
Por su parte, Rosmi Rivas, excandidata al gobierno regional y especialista en salud pública, señala que los establecimientos de salud de categoría C carecen de infraestructura y equipamiento para atender a la población en las emergencias que puedan presentarse por efectos del fenómeno El Niño.
Ayacucho: Incendios forestales irán en aumento por El Niño
En Ayacucho se reportó 42 incendios forestales en 8 meses. Se perdió un total de 20 mil hectáreas de cultivos, sostiene Luis Berríos, subgerente de Defensa Civil del Gobierno Regional de Ayacucho.
“El más fuerte es el que se ha registrado en el cerro Pilucho en la provincia de Vilcashuamán, por la cercanía con la población que reside en la zona y las 3 mil hectáreas perdidas por las llamas de fuego” infirió Berrios.
Los incendios influyeron en la pérdida de los cultivos y en la emergencia agrícola. Y, según Defensa Civil, un 70 % de distritos no cuentan con un plan de contingencia ante los siniestros forestales.
La escasez hídrica en Ayacucho preocupa más por la disminución de los volúmenes de agua en la Cuenca Alta del Cachi. Asimismo, en las cabeceras de Ccarhuarazo, Razuhuillca, y en el nevado del Sara Sara.
La Federación Agraria Departamental de Ayacucho (FADA) dice que el déficit de agua deja sin sustento económico a cientos de familias y disminuye la exportación de la quinua, el maíz, la papa, haba, entre otros.
Uno de los lugares más críticos es la provincia de La Mar. El alcalde, Edwin Navarro Torres, dice que dejaron de lado proyectos para la construcción de represas y las que existen dejaron de almacenar agua, afectando al 100% de la población que vive de la agricultura. Por esa razón, este año se redujeron las plantaciones de papa, quinua, maíz amiláceo.
Los agricultores piden al Gobierno Regional la construcción de canales de riego tecnificados, presas, obras de siembra y cosecha del agua. Así también programas de reforestación en las zonas más afectadas.
Reportaje producido por:
Coordinación: Ibón Machaca
Autores:
- Ibón Machaca: El Búho, Arequipa
- Germán Ccari: El Objetivo, Puno
- Iyari Goméz: Jornada, Ayacucho
- Percy Salomé: Huanca York Times, Junín
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