SANTIAGO, CHILE – Ante un público de empresarios, innovadores y líderes de opinión, el seminario «Modo Circular», organizado por GIRO, el sistema colectivo de gestión de envases y embalajes de Chile, demostró que la sostenibilidad no es una carga, sino una oportunidad. El evento, que tuvo lugar el jueves 28 de agosto, reunió a expertos que presentaron herramientas y casos de éxito que prueban que la innovación y el ecodiseño son el camino para impulsar la competitividad y la rentabilidad en la era de la economía circular.
En el primer bloque, “Innovar para transformar”, las cofundadoras de la consultora Innovación Circular, Carolina Duboy y Cecilia Mujica, sentaron las bases. Argumentaron que las empresas no deben ver la sostenibilidad como una respuesta reactiva al cumplimiento de la ley, sino como una estrategia proactiva. «No tiene sentido hacer un cambio en un envase hoy y tener que cambiarlo de nuevo en tres meses por una nueva tendencia. Cuando innovamos, abordamos el problema de forma integral», afirmó Duboy.
Los cinco principios del ecodiseño: Una hoja de ruta para la innovación
Las expositoras destacaron que el tiempo es un factor clave, no solo porque es escaso, sino porque tiene «ritmo». Es una orquesta en la que cada etapa, desde la materia prima hasta el transporte, debe ejecutarse con el compás correcto.
Cecilia Mujica desglosó los cinco principios clave del ecodiseño para crear valor sostenible:
1. Innovar desde el origen: No solo gestionar residuos, sino evitar generarlos desde la etapa de diseño.
2. Pensar y actuar en el sistema: Mirar más allá del producto y entender los vínculos complejos de toda la cadena de valor.
3. Enfoque de ciclo de vida: Tomar conciencia de las etapas de un producto y la interrelación entre los actores.
4. Información ambiental: Utilizar datos para tomar decisiones estratégicas que eviten transferir cargas ambientales.
5. Considerar a las personas y el contexto: Diseñar soluciones que sean deseables y viables para el usuario final.
El mensaje fue claro: el ecodiseño, aunque complejo, es una herramienta lógica y probada que permite a las empresas lograr metas de sostenibilidad con eficacia.
De la teoría a la práctica: Dos casos de éxito que inspiran
Las exposiciones se complementaron con dos casos de empresas que han transformado sus modelos de negocio a través de la economía circular.
FreeMet: Propósito y colaboración en el consumo masivo
Carolina Urrutia, cofundadora de FreeMet, demostró que un propósito claro puede ser el motor de la innovación. Su empresa de productos de limpieza nació con el objetivo de cuidar el agua desde los hogares, un problema urgente ya que el 80% de las aguas residuales del planeta no son tratadas. FreeMet no solo ofrece productos biodegradables y veganos, sino que ha diseñado sus envases con un enfoque circular.

Urrutia destacó una de sus innovaciones más notables: la colaboración con la empresa Plastiquera Nacional para desarrollar envases a partir de boyas de pesca recicladas del sur de Chile. «Tuvimos que hablar con los supermercados para explicarles que los envases saldrían de distintos colores… pero nos permitieron estar ahí», relató, demostrando que la colaboración en toda la cadena es clave para el éxito. Otros ejemplos de ecodiseño de FreeMet incluyen botellas de vidrio reciclado, cajas de e-commerce que se convierten en casas para gatos, y venta a granel para reducir residuos.
Grupo Dartel: Sostenibilidad más allá de la ley
Desde la industria eléctrica, Ulises Menay, coordinador de sostenibilidad del Grupo Dartel, demostró que la economía circular es rentable incluso para empresas importadoras. Menay afirmó que su compañía, con 600 trabajadores, decidió ir «mucho más allá de lo que la ley obliga» en su compromiso con la sostenibilidad.
Entre sus logros más significativos, Menay mencionó que, gracias a un compromiso con sus transportistas, pasaron de desechar 1400 palés de madera al mes a cero. También han implementado energía solar en sus nuevos centros de distribución y están reduciendo el uso de film plástico de embalaje.
El caso más revelador fue cómo aplicaron el ecodiseño a un producto importado: un foco solar. Trabajaron directamente con sus proveedores en China para eliminar plásticos innecesarios (como bolsas y manillas) y folletos, y rediseñaron el embalaje para usar un solo material reciclable. «Sí se puede trabajar con proveedores chinos. Están dispuestos a modificar sus procesos», concluyó Menay, rompiendo el mito de que la importación es incompatible con el ecodiseño.

El seminario dejó un mensaje claro: la economía circular no es solo una moda, sino una metodología probada que, a través del propósito y la colaboración, puede generar eficiencia, reducir costos y fortalecer la competitividad de las empresas, marcando el ritmo de la transformación global.


