En el distrito de Monzón, las instituciones educativas de Manchuria y del caserío La Granja, perteneciente al centro poblado de Cachicoto, enfrentan 40 años de olvido. Construidos por los propios pobladores durante la época de violencia política y narcotráfico, estos colegios permanecen sin mejoras.
«Estamos todavía en la época antigua. Necesitamos la construcción de un nuevo colegio», expresó Abrahan Roque Diego, alcalde del centro poblado Manchuria. Según Roque, el expediente técnico para un proyecto educativo ya estaba listo, pero la reformulación fue declarada improcedente por el Gobierno Regional.
El problema se agrava con el inicio del próximo año escolar. «Nuestros alumnos corren el riesgo, especialmente en esta época de lluvias, de que las aulas colapsen», advirtió el alcalde. La comunidad educativa ha pedido reiteradamente a las autoridades regionales y provinciales priorizar la construcción de infraestructura adecuada.
Alicia Medrano Yanac, presidenta de la Asociación de Padre de Familia (Apafa) del colegio de Manchuria, comparte la preocupación: «Estoy bien molesta y dolida porque el colegio se está cayendo. Nos dijeron que iban a arreglarlo, pero hasta hoy no nos hacen caso».
Aulas al borde del colapso
Las aulas del colegio de Manchuria están apuntaladas, parchadas y deterioradas. Según Medrano, «en invierno todo gotea, las mesas y sillas están rotas. Así estudian los chicos». Esta situación afecta tanto a estudiantes de primaria como de secundaria, quienes suman 148 alumnos.
El director de la institución, Elmo Ariza Zevallos, confirma que las autoridades han comunicado la imposibilidad de reformular el expediente técnico. «Es penoso atender a nuestros estudiantes en este tipo de infraestructura», señaló. Además, mencionó que las aulas de secundaria presentan temperaturas altas que dificultan el aprendizaje: «El calor es insoportable; los chicos salen sudando».
Sin saneamiento físico legal
La institución educativa de La Granja, ubicada en el caserío homónimo, enfrenta otro tipo de problema: la falta de saneamiento físico legal de su terreno. «Por ese motivo no recibimos apoyo», explicó Pilar Campos Borrovic, directora del colegio.
Esta escuela también carece de un cerco perimétrico, lo que pone en riesgo la seguridad de estudiantes y docentes. «Algunos estudiantes prefieren ir a Cachicoto, porque aquí no contamos con ambientes adecuados», agregó la directora.
El colegio, que alberga estudiantes de inicial y primaria, fue construido hace 40 años con el esfuerzo de los padres de familia y aportes municipales. «Pedimos al Gobierno Regional que nos ayude con el saneamiento y la seguridad del perímetro», reiteró Campos.
Un llamado a las autoridades
El abandono de estas instituciones educativas es un tema recurrente en Monzón. Según Adolfo Andrade Chagua, presidente de la Junta Vecinal de La Granja, «nuestra comunidad siempre ha trabajado por su escuela, pero necesitamos que el Estado nos respalde».
La población solicita atención urgente para asegurar un espacio digno donde los niños puedan estudiar. «Solo necesitamos el saneamiento físico legal y el cerco perimétrico para empezar a avanzar», enfatizó Andrade.
La falta de respuesta estatal ha generado desánimo en la comunidad. «Hemos luchado años, pero ya los padres se han cansado de colaborar», lamentó Medrano. Por su parte, las autoridades locales y los padres de familia esperan que el próximo año se atiendan sus demandas y que, finalmente, las escuelas de Cachicoto reciban la atención que merecen.
