Tras siete años de crecimiento, el Perú registró una reducción en las hectáreas de cultivo de la hoja de coca, de acuerdo al Monitoreo de Cultivos de Coca 2023 de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida). Según el informe, en el 2022, se registraron 95 008 hectáreas. Un año después, esta cifra descendió a 92 784, cortando de esta forma la tendencia de crecimiento.
Durante la conferencia de presentación realizada en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en Lima, el presidente de Devida, Carlos Figueroa Henostroza, indicó que los resultados están registrados hasta diciembre del 2023. Explicó que si seguía la tendencia, se tenía estimado que el 2023 presente 109 250 hectáreas de coca.
Con la reducción de 2224 hectáreas de este cultivo, Figueroa Henostroza señaló que se evitó que 151 toneladas de cocaína entraran al mercado. Sin embargó, agregó que si bien hubo una reducción en las hectáreas, incrementaron las zonas donde se cultiva la coca. En el informe anterior, se registraron 20 lugares de cultivo. En la actualidad, son 21.
Áreas naturales protegidas y zonas de amortiguamiento
La reducción del cultivo de hoja de coca también se ve reflejada en las áreas naturales protegidas (ANP) y sus zonas de amortiguamiento (ZA). En el informe del 2022, se registraban 430 hectáreas en ANP y 14 426 hectáreas en ZA. El último documento presentado por Devida señala que en la actualidad son 414 y 14 343 hectáreas de coca.
Entre los territorios protegidos que presentan reducción de cultivos de coca se encuentra el Bosque de Protección San Matías-San Carlos, que pasó de 287 hectáreas a 183. Otra área protegida es la Reserva Comunal Asháninka que pasó de 1592 hectáreas, en el año 2022, a 1568, en el 2023.
No obstante, donde se vio un crecimiento en el cultivo de coca fue en el Parque Nacional Cordillera Azul. Puesto que, de un año a otro, creció de 2684 hectáreas a 2990. Una situación similar se reportó en el Parque Nacional del Manu, donde las hectáreas de coca pasaron de 959 a 1025.
Una de las áreas naturales protegidas más afectadas por el cultivo de coca es el Parque Nacional Bahuaja-Sonene, con un registro de 5704 hectáreas. Aunque esta cifra ha disminuido en comparación con el año pasado, sigue siendo la más afectada entre las ANP. Además, la zona de Inambari-Tambopata destaca significativamente, ya que concentra aproximadamente el 95% de las hectáreas de coca en total.
Comunidades campesinas y nativas
En los territorios de pueblos indígenas u originarios también se ve una reducción en hectáreas de cultivo. De 18 076 hectáreas, en el informe del 2022, a 17 434 hectáreas de cultivo de coca. Del total, 4381 hectáreas se encuentran en las comunidades campesinas, mientras que el resto está en las comunidades nativas.
Al ser consultado, sobre la labor de Devida en las comunidades indígenas, el presidente respondió: “Lo que nosotros hacemos es, con una mirada de interculturalidad y sostenibilidad, llevar alternativas que sean diferenciadas. En las zonas de comunidades nativas no vamos a trabajar necesariamente lo mismo que se trabaja en otras zonas más proclives a la agricultura tradicional. (…) Lo que necesita la zona para trabajar es una dinámica económica lícita”, dijo Figueroa.
Cultivo de coca en Satipo, Leoncio Prado y Aguaytía
El informe señala que la zona de Aguaytía, conformada por la provincia de Padre Abad de la región Ucayali y por los distritos de Contamana y Padre Marquez, ubicados en la provincia de Ucayali, región Loreto, reportan un incremento en las hectáreas de cultivo de coca. En 2022, existían 3914 hectáreas, y en 2023, hay 4019 hectáreas. Sin embargo, esta tendencia muestra una disminución, ya que el aumento de 2021 a 2022 fue de aproximadamente 1400 hectáreas, mientras que el último aumento fue de poco más de 100 hectáreas según el informe.
Si bien la tendencia es que bajaron las hectáreas de cultivo de coca, este no es el caso de la provincia de Leoncio Prado. En el 2022, esta provincia huanuqueña contaba con 431 hectáreas de este cultivo. Sin embargo, en la actualidad esta cifra es de 1135, siendo el distrito de José Crespo y Castillo el que muestra un incremento exponencial, pues pasó de 104 hectáreas de cultivo de coca a 547.
Otra tendencia en crecimiento se observa en los distritos de Coviriali, Llaylla, Mazamari, Pangoa, Río Negro, Río Tambo, Satipo y Vizcatán del Ene, ubicados en la provincia de Satipo, región Junín. En estas localidades, las hectáreas de cultivo pasaron de 8063, en el 2022, a 8921, en el 2023. El distrito con mayor incremento fue Vizcatán del Ene que pasó de contar con 4208 hectáreas de coca a 4959. Los únicos distritos que lograron reducir sus cifras fueron Llaylla y Mazamari, que cuentan con 15 y 10 hectáreas respectivamente.
Por más resultados
En la conferencia indicó que este resultado no es un triunfo, sino que debe generar seguir trabajando para que esta cifra a la baja sea una tendencia. Agregó que Devida espera seguir avanzando con convenios internacionales que apoyen en la lucha contra las drogas. Explicó que ahora los productores de coca están yendo a zonas alejadas y de difícil acceso, por lo que necesitan seguir combatiendo este problema.
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