Un total de 162 vehículos informales y obsoletos fueron retirados de circulación y destruidos en la primera fase de un proceso de chatarreo que busca reforzar la seguridad vial y reducir la contaminación ambiental. La acción, impulsada por la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran) y la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), fue encabezada por el ministro César Sandoval, según informó el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).
Las unidades destruidas, entre las que se cuentan combis, cústers y minibuses, acumulaban multas por más de S/22 millones y no contaban con los requisitos mínimos para operar, como el Certificado de Inspección Técnica Vehicular (CITV) y el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT).
Seguridad y ambiente: dos caras de la misma moneda
Más allá de la seguridad de los usuarios, este proceso de chatarreo tiene un impacto ambiental significativo. Estos vehículos, con más de 20 años de antigüedad, no solo son un riesgo por sus fallas mecánicas, sino que también contribuyen de manera desproporcionada a la contaminación del aire. La quema ineficiente de combustible y la emisión de gases tóxicos son una fuente importante de contaminación que afecta la salud de los ciudadanos.

Chatarreo como herramienta de fiscalización
El chatarreo se ha establecido como una nueva herramienta de fiscalización en la lucha contra el transporte informal. La Sutran, que por primera vez participa en este tipo de proceso, destruyó 22 vehículos. Por su parte, la ATU realizó el desguace de 140 unidades, incluyendo un notorio «anconero» que acumulaba multas por S/ 183 500.
La ATU estima llegar a chatarrear 500 unidades antes de fin de año, mientras que la Sutran planea intensificar sus operativos a nivel nacional. No obstante, las entidades también han señalado que brindarán orientación a los transportistas que deseen formalizarse, ofreciendo un camino para la transición hacia un transporte más seguro y regulado.
Las autoridades envían un mensaje claro con la destrucción de estos vehículos: no tolerarán la informalidad y retirarán de las pistas las unidades obsoletas y peligrosas para garantizar un transporte seguro y menos contaminante para todos los peruanos.


