La coordinación que se da entre el Estado y la población es clave para impulsar el buen manejo de residuos. Cada uno de ellos poseen varios niveles de intervención que definen su participación en el tema. Estas y otras reflexiones fueron compartidas a Inforegión por Edson Espinoza, director de la Dirección General de Gestión de Residuos Sólidos del Minam.
“Tenemos que entender que hay unas responsabilidades comunes a todos, pero diferenciadas, desde el Gobierno central, el gobierno local y la población. Solo juntos vamos a poder tener ciudades limpias, seguras y bonitas para recibir al turista y para vivir en ellas”, resaltó.
Normativa existente
El Perú posee la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos, que es el Decreto Legislativo N° 1278. Esta busca asegurar la máxima eficiencia en el uso de materiales. También busca regular de forma correcta la gestión de los residuos sólidos. Resaltó que esto apunta a dos aspectos. “El primero es reducir el volumen de residuos generados en las ciudades y lo segundo es valorizar, es decir, darles un segundo uso a estos residuos. Lo que no pueda ser valorizado que se disponga en forma adecuada garantizando la sostenibilidad del servicio de limpieza pública que prestan las municipalidades”, anotó.
Esta norma trabaja en forma articulada con el reglamento de esta ley que se aprobó con el Decreto Supremo N° 014-2007-MINAM, añadió. Este es el marco general que permite -al sector, municipalidades y población- desarrollar un adecuado manejo de residuos. Se aborda tanto lo ambiental como lo sanitario. Además, resaltó que esto promueve la valorización, es decir, un nuevo uso a los residuos. Es decir, que no terminen en vertederos o tirados en las calles, sino que puedan aprovecharse como materia prima secundaria.
Rol del Estado
Espinoza citó que hay distintos niveles de intervención en el rol del Estado en el asunto. “El Minam ejerce una rectoría normativa. Da los lineamientos: nuestra ley y el reglamento de la gestión de residuos. Además, tiene un rol orientador y de asistencia técnica a los municipios”. Según la Ley Orgánica de Municipalidades, estas son las responsables de garantizar este servicio de modo eficiente.
“Hay un trabajo coordinado con los municipios para capacitarlos en el tema. Además, hay intervenciones que complementan esto como el programa de incentivos a la mejora de la gestión municipal. Esto se trabaja con el Ministerio de Economía y Finanzas”, refirió. En el marco de este programa hay un compromiso que apunta a que las municipalidades incrementen el volumen de residuos que se valorizan. Si cumplen con metas y ciertas condiciones pueden acceder a un presupuesto adicional.
Tener una ciudad limpia también depende de la población
Este tema “va directamente con la población. El tener una ciudad limpia y sana es una tarea de todos, no solamente del sector público. Como ciudadanos tenemos que ser conscientes que el lugar donde vivimos y la calidad de este depende de las acciones que realicemos. Si se dispone una norma estas van a tener que exigir ciertas conductas a la población”, refirió.
Para que no exista basura en las calles lo primero que debe haber son contenedores y tachos. Pero también consideró que tiene que haber personas que no arrojen basura en la calle. Resaltó que el componente de la comunidad es “valiosísimo” porque también depende de nosotros evitar una mala gestión de los residuos. Agregó que debemos propiciar la segregación domiciliaria. Es decir, separar los residuos: lo orgánico de lo inorgánico. Esto facilita el trabajo de los recicladores formalizados que trabajan con las municipalidades.
