En una jugada política que busca capitalizar la demanda ciudadana por seguridad y justicia, el precandidato presidencial de Ahora Nación, Alfonso López Chau, oficializó hoy la incorporación del coronel (r) Harvey Colchado como el número uno en su lista de diputados por Lima.
El anuncio marca el inicio formal de la campaña parlamentaria del rector de la UNI, quien ha optado por una figura emblemática, y controversial para el establishment político, para liderar su oferta legislativa en la capital.
Un lanzamiento simbólico
Lejos de los mítines tradicionales, Colchado eligió un escenario cargado de significado para su destape: el puente peatonal donde fue reasignado a vigilar el tráfico en sus últimos días como oficial activo, tras ser removido de la jefatura de la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad (Diviac).
“Este puente simboliza el final de una etapa y el comienzo de otra”, declaró Colchado, vistiendo ahora el traje de civil pero manteniendo el discurso de mano dura. “Estamos listos para recuperar la seguridad y expulsar de una vez por todas a los corruptos en el poder. Si hay crimen y corrupción, la tumbamos”, sentenció, utilizando una frase que alude a su historial de operativos policiales de alto impacto (como el allanamiento a Palacio de Gobierno).

La estrategia de López Chau
Para Alfonso López Chau, el fichaje de Colchado no es casualidad. Representa un intento por dotar a su partido, ‘Ahora Nación‘, de una credibilidad inmediata en dos frentes críticos: la inseguridad ciudadana y la lucha anticorrupción.
“Harvey Colchado es una figura con experiencia en la lucha contra la corrupción, pilar fundamental de Ahora Nación”, señaló el líder del partido a través de sus redes sociales. López Chau destacó que esta incorporación es una respuesta directa a los desafíos institucionales que enfrenta el país, respaldando a quienes «han enfrentado al crimen organizado desde el poder».
Con este movimiento, la campaña de Ahora Nación busca posicionarse como una alternativa de orden y limpieza institucional, apostando por el capital político de un expolicía que, tras ser apartado de la institución, busca ahora fiscalizar desde el Parlamento a los mismos poderes que investigó con el uniforme.


