jueves 04, diciembre 2025

Crisis hídrica peruana: mientras Estocolmo debate el futuro del agua, nuestros territorios enfrentan emergencias reales

Los glaciares que alimentan el lago Titicaca pierden rápido su masa, mientras ríos amazónicos sufren contaminación por minería ilegal. Comunidades indígenas alertan que sus saberes ancestrales sobre el manejo del agua necesitan apoyo urgente para enfrentar la crisis.

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La Semana Mundial del Agua 2025 culmina mañana jueves 28 de agosto en Estocolmo con un enfoque renovado en la conexión entre agua y acción climática. Durante esta semana, 15 000 participantes de 193 países han debatido sobre soluciones para «las emergencias vinculadas del cambio climático, la degradación ambiental y la pérdida de biodiversidad», según describen los organizadores del Stockholm International Water Institute (SIWI).

Los Seminarios SIWI, elementos centrales del evento científico, han estado «diseñados para propiciar debates sobre políticas basadas en la evidencia sobre temas urgentes e importantes», analizando las acciones en materia de agua y cambio climático, así como el financiamiento, la gobernanza y las políticas necesarias. Los organizadores enfatizan que los debates «se benefician del conocimiento y la sabiduría de los pueblos indígenas, las mujeres, los jóvenes y otros grupos subrepresentados», con especial hincapié en la justicia climática y la equidad para comunidades marginadas.

Mientras se desarrollan estos debates en el evento más influyente del mundo en temas hídricos, la realidad peruana ilustra precisamente esas emergencias interconectadas: el lago Titicaca mantiene niveles críticos históricos y las comunidades amazónicas continúan lidiando con ecosistemas acuáticos devastados por la contaminación de la minería ilegal.

La urgencia del agua en territorio peruano

Los datos del Senamhi confirman una situación crítica en el Titicaca: en octubre de 2024, el nivel llegó a 3807.992 metros sobre el nivel del mar, estableciendo un nuevo récord negativo que supera incluso la histórica sequía de 1996. Esta crisis trasciende las estadísticas para las comunidades aimaras y quechuas del altiplano, donde el lago sagrado representa tanto sustento económico como núcleo espiritual de sus culturas.

Para los pueblos andinos, el descenso del Titicaca no solo afecta la pesca, el turismo y la agricultura, sino que rompe ciclos ceremoniales y espirituales que han sostenido a estas comunidades por milenios. Los sabios andinos han alertado que la crisis del lago representa una ruptura en la relación ancestral entre los pueblos y su territorio.

Crisis hídrica en la Amazonía peruana. (Foto: El Comercio)

Amazonía: cochas silenciosas, ríos envenenados

En la Amazonía peruana, la crisis del agua tiene otro rostro: la contaminación masiva por mercurio. Un reciente estudio del Centro de Innovación Científica Amazónica (Cincia), en colaboración con la Sociedad Zoológica de Frankfurt Perú, identificó concentraciones por encima de los límites máximos recomendados por la OMS para mercurio en peces y personas que viven cerca al río Nanay, una cuenca amazónica afectada por la minería ilegal. El estudio revela que casi el 80% de las personas evaluadas presentó riesgo medio y alto por exposición a mercurio, asociado al consumo frecuente de pescado contaminado con este metal pesado.

Las comunidades nativas amazónicas han documentado casos donde plantas medicinales tradicionales que crecen junto a cuerpos de agua ya no pueden utilizarse debido a la contaminación. Los sistemas de conocimiento ancestral que por milenios permitieron el manejo sostenible del agua enfrentan una crisis sin precedentes.

En Madre de Dios, ríos enteros se han convertido en lodazales tóxicos por la minería aurífera ilegal. En octubre de 2024, Aidesep y sus organizaciones regionales declararon formalmente la «Amazonía en emergencia» por la contaminación minera, denunciando que vastos territorios se han convertido en zonas ambientalmente devastadas.

El nexo agua-clima: de los debates científicos a la realidad territorial

El tema central de World Water Week 2025, «Water for Climate Action», cobra particular relevancia en el contexto peruano. La conferencia enfatizó que el agua juega un papel fundamental tanto en la mitigación como en la adaptación al cambio climático.

En los Andes peruanos, esta conexión es dramáticamente evidente. Los glaciares que alimentan el Lago Titicaca, ubicados en los Andes peruanos y bolivianos, han disminuido drásticamente, perdiendo el 40% de su área en la última década y se proyecta que podrían desaparecer para finales de siglo. La reducción de las reservas glaciares amenaza el suministro de agua dulce para millones de personas en el altiplano.

En la Amazonía, el nexo agua-clima se manifiesta de manera diferente pero igualmente crítica. Los períodos de sequía se alternan con inundaciones extremas, mientras la deforestación altera los patrones de precipitación regional. La contaminación de la minería ilegal agrava estos impactos, creando ecosistemas acuáticos que no pueden cumplir sus funciones reguladoras del clima local.

Los glaciares han disminuido drásticamente, perdiendo el 40% de su área en la última década y se proyecta que podrían desaparecer para finales de siglo. (Foto: Inforegión)

Saberes ancestrales: soluciones milenarias para crisis globales

Las comunidades indígenas peruanas han desarrollado durante milenios sistemas de manejo del agua que anticipan muchas de las «soluciones innovadoras» que se discuten en conferencias internacionales. En los Andes, las qochas (lagunas artificiales) y los andenes representan tecnologías de conservación y distribución del agua que han demostrado su efectividad durante siglos.

En la Amazonía, los pueblos nativos manejan sistemas complejos de conservación de cochas y manejo de cuencas que mantienen la calidad del agua y la biodiversidad acuática. Estos conocimientos, desarrollados a través de observación directa y transmisión intergeneracional, ofrecen perspectivas valiosas para la gestión sostenible del agua.

Sin embargo, estos sistemas ancestrales enfrentan presiones sin precedentes. La minería ilegal destruye cochas milenarias en cuestión de meses. El cambio climático altera patrones de lluvia que las tecnologías andinas fueron diseñadas para manejar bajo condiciones climáticas estables.

Emergencias que no esperan conferencias

Mientras World Water Week planifica su edición 2026, las emergencias hídricas peruanas continúan su curso. En comunidades como Dos de Mayo en el río Napo, las organizaciones locales siguen enviando muestras de agua turbia a laboratorios en Lima, esperando hace años resultados que permanecen «en análisis» mientras los niños se enferman por consumir agua contaminada.

Las organizaciones indígenas han identificado necesidades urgentes que contrastan con los ciclos largos de planificación de la cooperación internacional. Necesitan sistemas de monitoreo ambiental operados por las propias comunidades, laboratorios móviles para análisis inmediato de calidad del agua, y fortalecimiento de sus capacidades de vigilancia territorial.

Financiamiento climático: el reto de llegar a los territorios

Una de las promesas centrales de World Water Week 2025 fue avanzar en el «financiamiento climático inclusivo» para proyectos hídricos. Para las organizaciones amazónicas y andinas, esta promesa genera expectativas cautelosas basadas en experiencias previas.

Las organizaciones territoriales reportan que cuando solicitan apoyo para proyectos hídricos, enfrentan requisitos burocráticos diseñados para instituciones urbanas, no para organizaciones que operan en territorios remotos con dinámicas culturales específicas. Frecuentemente se ven obligadas a trabajar a través de intermediarios que desconocen las realidades territoriales.

Las organizaciones de mujeres indígenas, agrupadas en ONAMIAP, han documentado casos donde proyectos de «agua y saneamiento» llegan a las comunidades sin considerar los sistemas tradicionales de manejo del agua, creando conflictos entre tecnologías occidentales y saberes ancestrales.

Hacia un diálogo genuino entre saberes

La crisis hídrica peruana ilustra tanto los desafíos como las oportunidades que enfrenta la agenda global del agua. Por un lado, muestra cómo el cambio climático, la degradación ambiental y la pérdida de biodiversidad efectivamente convergen en crisis hídricas locales. Por otro, demuestra que existen conocimientos y tecnologías desarrollados durante milenios para el manejo sostenible del agua.

El reto para el futuro es cómo fortalecer estos diálogos entre saberes territoriales y enfoques científicos globales. La World Water Week ha reconocido la importancia del conocimiento indígena, y ahora el desafío es cómo traducir estos intercambios en acciones concretas que lleguen a los territorios.

La conexión entre agua y acción climática, tema central de World Water Week 2025, se vive diariamente en territorio peruano no como concepto académico, sino como realidad de supervivencia. (Foto: Norte sostenible)

El agua como derecho y como vida

Para los pueblos amazónicos y andinos, el agua trasciende las categorías de «recurso» o «servicio ecosistémico» que dominan las discusiones técnicas. Es simultaneamente derecho humano, elemento sagrado, y base material de la vida comunitaria.

Esta concepción integral del agua ofrece perspectivas importantes para los debates sobre acción climática. Sugiere que las soluciones técnicas deben complementarse con aproximaciones que reconozcan las dimensiones culturales, espirituales y sociales del agua.

Mientras World Water Week cierra mañana con la promesa de continuar estos diálogos globales, la pregunta fundamental desde los territorios peruanos permanece: ¿cómo traducir los compromisos internacionales en acciones concretas que lleguen efectivamente a quienes más necesitan agua limpia y segura?

En los territorios amazónicos y andinos, el agua no puede esperar más conferencias. Las cochas envenenadas necesitan restauración inmediata. Los glaciares que se derriten requieren estrategias de adaptación urgentes. Y los saberes ancestrales sobre el manejo del agua necesitan reconocimiento y apoyo antes de que se pierdan irreversiblemente.

La conexión entre agua y acción climática, tema central de World Water Week 2025, se vive diariamente en territorio peruano no como concepto académico, sino como realidad de supervivencia. Ahí radica tanto la urgencia como la esperanza de estos diálogos globales.

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