Más allá del aspecto económico, la agricultura se ha vuelto una excelente oportunidad para mitigar los efectos del cambio climático al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y eliminar el carbono de la atmósfera ¿De qué manera?
Créditos de carbono
Esto es posible gracias a los créditos de carbono, que no es más que un medio de intercambio que se emplea para compensar las emisiones de CO2 de acuerdo con las pautas de Cap and Trade según el Acuerdo de París. Ahora, las empresas responsables de emisiones de CO2 pueden reducirlas o pagar el esfuerzo de los agricultores que puedan demostrar su compromiso por eliminar el CO2 del aire.
Según Jon Baravir, director de Clima en Rivulis (empresa con más de 80 años de experiencia en productos y soluciones de Riego por goteo) “Adoptar prácticas agrícolas más sostenibles no solo permite a los agricultores aumentar su rentabilidad, sino que también contribuye de manera significativa a los objetivos medioambientales”.
Rivulis lidera esta transformación al facilitar el acceso de los agricultores al mercado de créditos de carbono, simplificar el proceso y garantizar beneficios concretos. Esta iniciativa se viene aplicando en todo el mundo y podría ser una alternativa sostenible a la que más agricultores peruanos puedan volver a ver.
Mercado de carbono voluntario
Conocido por sus siglas MCV, se trata de un sistema en el que las empresas y organizaciones compran créditos de carbono de manera voluntaria, fuera de la regulación obligatoria. La finalidad es compensar la emisión de gases de efecto invernadero que afectan la vida en el planeta.
Hasta el 2023, el Mercado de Carbono Voluntario estaba valorado en 2 mil millones de dólares. Se estima que al 2030 podría alcanzar los 50 mil millones. Los agricultores que ingresan a este mercado tienen una fuente de ingresos sin comprometer sus operaciones actuales. En este mercado, los agricultores pueden vender un crédito de carbono a los inversionistas por cada tonelada métrica de carbono que toman sus tierras.
Esta opción abre paso a nuevas fuentes de ingreso para los agricultores y los anima a priorizar prácticas agrícolas sostenibles; así como adoptar la agricultura regenerativa. Sobre todo, porque en nuestro país todavía estamos enfocados en capturar carbono solamente a través de los bosques y la Amazonía.
La calidad de aire
No es una novedad que una de las consecuencias de la alta emisión de CO2 sea una bajo nivel en la calidad del aire. Al respecto, Perú se ubica entre los países con la peor calidad en Latinoamérica, de acuerdo con el Reporte de Calidad del Aire 2023 elaborado por IQAir. En la actualidad nos encontramos como el tercero más afectado por este tipo de contaminación, con una medida de PM2.5 de 18.8 µg/m³ (microgramos por metro cúbico de aire), solo superado por El Salvador con 19.5 y México, con 20.1.
A tomar en cuenta
En el mundo ya se vienen incorporando exitosos proyectos como el del norte de Italia, donde 3000 hectáreas se han unido al programa para cultivar plantas de manera más sostenible. Y en Portugal, los agricultores emplean prácticas sostenibles, como el uso de energía solar y el potenciar la materia orgánica del suelo.
Entre los principales beneficios para los agricultores se encuentran: mejor fuente de ingresos, sostenibilidad, preparación para el futuro y sobre todo el reconocimiento por generar suelos más saludables. No hay duda que la agricultura es una alternativa única para luchar contra el cambio climático y esta iniciativa es el mejor complemento para prácticas más ecoamigables.
En nuestro país, si las comunidades cuidan estos ecosistemas, usan adecuadamente los recursos naturales y a la vez evitan la deforestación, pueden vender en el mercado nacional e internacional bonos de carbono, generando ingresos económicos paras sus comunidades.