La Amazonía peruana está perdiendo bosques a un ritmo alarmante, lo que agrava el cambio climático y amenaza la vida silvestre. Frente a este problema, la organización Bosques Amazónicos (BAM) viene trabajando en proyectos que ayudan a conservar la selva y, al mismo tiempo, apoyan a las comunidades locales para que vivan de manera sostenible.
Un mecanismo efectivo frente al cambio climático
Estos proyectos se basan en un mecanismo llamado REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques), que busca reducir las emisiones causadas por la deforestación. ¿Cómo funciona? Básicamente, se reconoce y recompensa a quienes cuidan el bosque, generando fondos para invertir en educación, salud, infraestructura o emprendimientos locales.
«Los proyectos REDD+ correctamente implementados canalizan recursos significativos hacia la conservación de los bosques, mientras fomentan el desarrollo sostenible de las comunidades», explica a Inforegión María Alejandra Cantuarias, gerente de Conservación y Mercados de Carbono de BAM. Estos proyectos no solo se enfocan en la preservación del ambiente, sino también en mejorar la calidad de vida de las familias locales.

Impactos sociales y económicos en las comunidades locales
Uno de los ejemplos más exitosos de los proyectos de BAM es el REDD+ Castañeros, que ha generado más de 10 millones de dólares para la comunidad castañera a través de la comercialización de créditos de carbono. Este flujo de recursos ha cambiado la perspectiva de la comunidad sobre la conservación, demostrando que es una opción más rentable que la deforestación o el cambio de uso de suelo.
Además de los beneficios económicos directos, BAM también ha implementado programas de formación y becas educativas.
«Con estos programas, buscamos generar oportunidades para las nuevas generaciones y mejorar sus estándares de vida», indicó Cantuarias.
El papel del Estado y la articulación con otros actores
El trabajo de BAM se encuentra alineado con las políticas del Ministerio del Ambiente (Minam), que ha sido clave en la creación de un marco normativo y técnico para el desarrollo de proyectos forestales en Perú. El fortalecimiento de estos proyectos es fundamental para promover la conservación de los bosques en mercados internacionales y asegurar su viabilidad a largo plazo.
Cantuarias destacó que el esfuerzo conjunto entre las comunidades, el Estado, el sector privado y la sociedad civil es crucial para el éxito de los proyectos REDD+. «El alineamiento entre todos los actores permite crear soluciones integrales que benefician a la vez a las personas y al medio ambiente», afirma.

Los proyectos implementados en las áreas de intervención de BAM ofrecen valiosas lecciones que pueden ser replicadas en otras regiones de la Amazonía peruana. Territorios como las concesiones, áreas de conservación privada y territorios indígenas tienen un gran potencial para generar recursos a través de proyectos REDD+ bien gestionados.
Con la apertura de mercados de carbono regulados, las oportunidades para estos proyectos se expanden. «Esperamos que con la entrada en vigencia de los mercados regulados, el impacto de estos proyectos se fortalezca, permitiendo un acceso más equitativo a los recursos», concluye Cantuarias.
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